LA MENORCA DE LOS COLORES

  Información

Recorrido de acceso a la parada.

La parada se realizará en la finca pública de S’Arangí, al pie de la Penya de s’Indi. Los afloramientos más espectaculares de la Menorca roja se localizan en una Menorca interior, en zonas de difícil acceso y habitualmente en áreas de propiedad privada. Por ello, los afloramientos de la Menorca roja son poco conocidos, con la excepción de algunos localizados en zonas litorales de gran afluencia como las calas del Pilar o Pregonda, o de la popular Penya de s’Indi. Un monolito situado junto a la carretera principal (Me-1) que une las dos localidades principales de la isla y que se caracteriza por tener un aspecto particular, dado que recuerda al perfil con nariz aguileña y un gran penacho de un gran jefe indio apache, que implica que represente el elemento más popular del patrimonio geológico menorquín. Por el hecho de situarse en una finca pública adquirida por el Gobierno balear en el 2012, perfectamente habilitada para visitarla, corresponde al punto de la isla donde se pueden apreciar con más comodidad los afloramientos con vistosas formas erosivas de la Menorca roja.

Las rocas de la Menorca roja se sitúan en la zona de Tramuntana intercaladas entre las de la Menorca gris y la Menorca oscura y ocupan un 10% del territorio insular. Están formadas predominantemente por areniscas y arcillas sedimentadas entre hace unos 260 y 240 millones de años. Destacan en el paisaje, tanto por su color, como por su relieve. Si nos dirigimos directamente a la peña mediante el itinerario habilitado, nos sorprenderán al llegar las formas de erosión en nido de abeja o tafoni, algunos de estos caracterizados por un tamaño inusual, como resultado de la erosión eólica de las areniscas.


Ejemplos con vista general y detalle de las areniscas de los alrededores de la finca de S’Arangí (punto A) y erosión en nido de abeja de gran tamaño justo detrás del monolito de la Penya de s’Indi (punto B).

El viento más importante de la isla, tanto por frecuencia como por velocidad, pero también por los efectos ambientales, económicos y sociales, es la Tramontana, que llega a soplar prácticamente tres cuartas partes del año con velocidades sostenidas de 90 km/h y con rachas de hasta 120 km/h, hecho que implica una salinización eólica por la gran carga de sales marinas que transporta el aire y que va precipitando mientras el viento atraviesa toda la isla. Es un efecto que tiene una incidencia importante en la vegetación, ya que provoca el abanderamiento de algunas especies hacia el sur y también sobre las areniscas y favorece la aparición de estas bellas formas en unas rocas que a la vez han estado previamente debilitadas por la tectónica, la actividad orgánica, los cambios de temperatura o el diferente grado de cementación.

A diferencia de la mayoría de rocas que encontramos en Menorca, sedimentadas en el fondo del mar, las rocas de la Menorca roja se formaron en tierra firme. Las areniscas están constituidas principalmente por granos de arena. En Menorca, esta arena era transportada por grandes ríos que erosionaban las montañas levantadas durante el Paleozoico. La acumulación, río abajo, de los granos de arena, acabaría dando lugar a las areniscas rojas años más tarde. Las arcillas también están formadas por granos, pero de tamaño mucho más pequeño que los de arena. Los ríos también transportan estos granos, que son acumulados ampliamente en sus márgenes cuando se produce su desbordamiento. La presencia de óxidos de hierro disueltos en las aguas de los ríos podría haber teñido estas rocas proporcionando su característico color.


Las areniscas son rocas constituidas principalmente por granos de arena que fueron transportados por ríos muy caudalosos que erosionaban grandes montañas. La deposición de los granos de arena en su cauce y la consolidación posterior acabaría dando lugar a las areniscas rojas. Las arcillas, de tamaño mucho más pequeño, se acumulaban en los márgenes de los ríos o llanuras de inundación cuando se producía el desbordamiento.