INTRODUCCIÓ GEOLÒGICA DE MALLORCA

Los materiales más antiguos de Mallorca corresponden a la era del Paleozoico, más concretamente al periodo Carbonífero, de hace más de 300 millones de años. Éstos se pueden observar tan solo en un pequeño sector de la costa de Tramuntana, tan discreto y apartado que no fue documentado hasta los años 80. Este lugar tan peculiar está cerca de S’Hort de sa Cova, en la costa de Valldemossa. Sus acantilados, de color negruzco, están formados por un tipo de roca única en la isla llamada roca sedimentaria detrítica formada por arcilla.</p></div>">Pelita afectada por un grado bajo de metamorfismo.</p></div>">metapelita, que consiste en arcillas que han sido ligeramente alteradas por el calor y la presión de los procesos geológicos. El ambiente que representan es marino, aunque con fuerte influencia continental, como atestiguan los restos vegetales que a veces se encuentran fosilizados.Le sigue el Pérmico, periodo geológico que se desarrolló entre los 299 y 251 millones de años. De éste Mallorca presenta escasos testigos, aunque algo más extensos que los del Carbonífero. Donde mejor se observan es en el Port des Canonge, pueblo costero edificado íntegramente sobre materiales de este periodo. Sus rocas son mayormente areniscas con tonos rojizos y morados. Con el sobrenombre de pedra d’esmolar, debido a su uso como piedra de afilar, confieren al paisaje una peculiar belleza. A pesar de ser casi estériles en fósiles, los pocos que se han encontrado son de gran importancia, como el hallazgo de parte de la mandíbula superior de un reptil, recientemente publicado. Además del registro fósil cabe destacar la abundancia puntual de minerales de cobre, que impregnan las areniscas y que probablemente fueron aprovechados para la obtención de este metal desde tiempos prehistóricos.


Afloramiento de s’Hort de sa Cova.

Le sigue el Pérmico, periodo geológico que se desarrolló entre los 299 y 251 millones de años. De éste Mallorca presenta escasos testigos, aunque algo más extensos que los del Carbonífero. Donde mejor se observan es en el Port des Canonge, pueblo costero edificado íntegramente sobre materiales de este periodo. Sus rocas son mayormente areniscas con tonos rojizos y morados. Con el sobrenombre de pedra d’esmolar, debido a su uso como piedra de afilar, confieren al paisaje una peculiar belleza. A pesar de ser casi estériles en fósiles, los pocos que se han encontrado son de gran importancia, como el hallazgo de parte de la mandíbula superior de un reptil, recientemente publicado. Además del registro fósil cabe destacar la abundancia puntual de minerales de cobre, que impregnan las areniscas y que probablemente fueron aprovechados para la obtención de este metal desde tiempos prehistóricos.


Areniscas de la costa de Cala Estellencs.

El periodo que sucede al Pérmico, el Triásico, es el primero que sí tiene una amplia representación en Mallorca, estando presente tanto en la Serra de Tramuntana, como también en las Serres de Llevant y en las Serres Centrals de la isla. Éste da inicio a la era del Mesozoico, que comprende además el Jurásico y el Cretácico. Las rocas más antiguas que aparecen en este periodo son similares a los del Pérmico y son denominadas facies Buntsandstein. En el municipio de Estellencs, donde mejor se observan, existe uno de los registros más importantes a nivel europeo de flora y fauna de esta época.

Continuando con el Triásico, tras la deposición de los materiales previamente comentados existe una secuencia de calizas y dolomías de origen marino llamadas facies Muschelkalk. En Esporles, una de las localidades representativas con este tipo de materiales, existen puntualmente estratos que contienen millones de moluscos, que forman un tipo de roca llamada lumaquela.


Rocas volcánicas en Cala Tuent.

El periodo que viene a continuación, el Jurásico, es uno de los mejor representados en la isla. Tanto es así, que sus materiales conforman gran parte de los relieves mallorquines. En Mallorca, son fundamentalmente marinos, dividiéndose genéricamente en tres partes: inferior (Lias), medio (Dogger) y superior (Malm). 


El Lías de la isla está mayormente formado por calizas masivas, las cuales conforman la mayor parte de los macizos de la Serra de Tramuntana. Su composición química, rica en carbonato cálcico, favorece los procesos de disolución, y da lugar a un tipo especial de paisaje  denominado karst. 

El Puig Major, formado en gran parte por calizas masivas del Jurásico inferior.

A medida que avanzamos en el Jurásico predominan materiales más blandos llamados margas y margocalizas, que, aunque ya aparecen en el Lías, son más característicos del Dogger y del Malm. Éstos representan fondos marinos más o menos profundos. Los fósiles suelen ser abundantes en los afloramientos de esta época, destacando los ammonites. Uno de los lugares privilegiados para su observación es Cala Fornells, aunque en la isla de Cabrera se encuentran también afloramientos muy relevantes. 

El último periodo del Mesozoico es el Cretácico, que empieza hace unos 145 millones de años, y que sigue siendo de origen marino. Su parte inferior es la que mejor desarrollada está, y corresponde en gran medida a una alternancia de calizas, margas y margocalizas de color gris azulado, que se llaman genéricamente facies maiólica. Los fósiles más característicos son, al igual que en el Jurásico, los ammonites. El lugar donde mejor se observan este tipo de materiales es en Cala Mesquida y Cala Torta.


Slumps en las calizas y margas de Cala Torta.

Del Cretácico superior quedan francamente pocos afloramientos, probablemente debido a procesos erosivos posteriores que desmantelaron gran parte de los depósitos originales. La mayor parte de éstos se encuentran en la zona de Andratx. A día de hoy todavía son muy poco conocidos.

Los afloramientos más antiguos después del Cretácico corresponden al Paleógeno y comprenden el Eoceno y el Oligoceno, entre los 45 y los 25 millones de años. De ambos existe un registro fósil muy diverso, que representa ambientes marinos y continentales. De los primeros, Cabrera tiene muchos de los mejores afloramientos. Durante estas épocas existió una serie de cuencas lacustres tropicales similares a los actuales pantanales de América o Asia. Estas cuencas han proporcionado, entre otros, fósiles de mamíferos. La gran cantidad de materia vegetal que se depositaba en los lagos es el origen de los yacimientos de carbón que fueron muy explotados durante el siglo XIX y XX en la comarca de Es Raiguer. El Paleógeno aflora de forma muy extensa en la zona de Peguera.


Calizas del Eoceno superior de Peguera.

La época que sucede al Oligoceno, el Mioceno, es sin duda una de las más importantes en cuanto a la historia geológica de Mallorca, y marca el inicio del periodo Neógeno.

A partir del Mioceno inferior, hace unos 23 millones de años, y hasta el Mioceno medio, hace 15, es cuando la isla empieza a adquirir su morfología actual, con zonas elevadas (horst) y zonas deprimidas (graben), consecuencia de la Orogenia Alpina. Ejemplos de los plegamientos de esta época se observan en lugares como Cala Sant Vicent.


Debido a este levantamiento se generaron movimientos de tierra submarinos que dieron lugar a unos depósitos muy característicos denominados turbiditas. Estos se pueden apreciar tanto en Cala Banyalbufar como en Cala Bóquer.

En el Mioceno superior (de 13 a 5,3 Ma) existían dos islas principales coincidentes con Tramuntana y Llevant, que estaban separadas por un mar poco profundo flanqueado por arrecifes de coral. Estos arrecifes son los que forman principalmente los actuales acantilados de la costa de Migjorn y Llevant.


Arrecife del Cap Blanc.

Poco antes de finalizar el Mioceno, tiene lugar un hecho catastrófico, la desecación del Mediterráneo, también conocida como la crisis de salinidad del Messiniense.

La siguiente época, el Plioceno, viene iniciada por la reentrada de las aguas del Atlántico en el Mediterráneo. Ello provocó que algunas especies terrestres inmigrantes quedasen aisladas y evolucionasen hacia endemismos, entre los que destaca la famosa ‘cabra-rata’: el Myotragus.

Durante el Plioceno (desde hace 5,3 Ma) el mar poco profundo que estaba situado entre Tramuntana y Llevant se va retirando poco a poco, dejando a su paso algunas playas fósiles. Mallorca empieza a ser reconocible con su forma actual.

El Pleistoceno, que empieza hace 2,5 millones de años, marca el inicio del periodo geológico en el que nos encontramos actualmente, el Cuaternario, y está ampliamente representado en la isla por depósitos de origen diverso, algunos de los cuales continúan formándose hoy en día: abanicos aluviales, como los que se observan en la zona de Betlem; eolianitas; y playas, como las de Es Carnatge. 

Playas fósiles de Es Carnatge.

Además, es durante esta época que se desarrollan mayormente las cuevas que conocemos, como la Cova des Pas de Vallgornera (ver imagen) por cambios eustáticos debidos a las glaciaciones.

Finalmente, los procesos geológicos que están teniendo lugar en el Holoceno, desde hace 10.000 años hasta la actualidad, son los causantes del aspecto actual de la isla.

Estos procesos que tuvieron lugar en el pasado, siguen ocurriendo en el presente y tendrán continuidad en el futuro.

Cova del Pas de Vallgornera.