LA MENORCA DE LOS COLORES

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Acceso a la parada.

El Toro, la elevación más importante de Menorca, con 358 m de altitud, ofrece las mejores vistas del conjunto de una isla sin relieves importantes. A su pie se extiende el pueblo de Es Mercadal, sobre rocas de la Menorca oscura. Mientras subimos por la montaña, estas rocas dan paso a las de la Menorca roja que son superpuestas por las de la Menorca gris que coronan la cima. El objetivo de esta parada no se centra en el reconocimiento de la serie geológica que forma la montaña, sino en la observación del paisaje geológico que podemos contemplar desde la cima. La parada se realizará en los miradores situados cerca del punto de observación hacia el poniente de la isla.

Si dirigimos nuestra mirada de sur a norte (de izquierda a derecha), identificaremos inicialmente una zona llana correspondiente a la zona de Migjorn (la Menorca blanca), que contrasta con la que observamos a continuación, la Tramuntana, con numerosas colinas. Además, hay que incidir en la diferencia entre las calas desarrolladas en ambas regiones: las de la costa norte, más abruptas, escarpadas y pequeñas que las de la costa sur, habitualmente más redondeadas y cerradas.

El cambio en la morfología del terreno es bastante evidente. Las rocas de la plataforma de Migjorn son más modernas que las de la Tramuntana, hecho que provoca que estas últimas hayan sufrido muchos más procesos geológicos, una historia geológica mucho más prolongada, que ha configurado un relieve mucho más irregular. Las colinas se disponen adosadas o bien separados por zonas llanas más o menos cultivadas.


Paisajes geológicos de la Tramuntana (Menorca oscura, roja y gris) desde los miradores del Toro (Agència Menorca Reserva de Biosfera) (punto A).

En los terrenos de la Menorca oscura encontramos las rocas más antiguas de la isla, formadas en los fondos marinos, a miles de metros de profundidad. Constituyen un paisaje de colores oscuros con una topografía suave debida a pequeñas colinas y un litoral rocoso muy accidentado. Estas rocas las identificamos en el pueblo de Es Mercadal y en el norte en la zona de Binimel·là.

Los terrenos de la Menorca roja destacan en el paisaje por los colores vistosos de sus rocas. Estas se formaron en tierra firme, a partir de la acción de grandes ríos. Configuran acantilados abruptos y un relieve que alterna pequeñas cordilleras rocosas densamente cubiertas por vegetación con anchos valles cultivados. Los campos rojizos que se extienden al pie de la montaña, junto con los terrenos que llegan hasta la bahía de Fornells, son buenos ejemplos. De hecho, la existencia de esta ancha bahía se puede asociar a la misma presencia de estos materiales rojos más blandos, por el hecho de ser más fácilmente erosionables que los que la rodean (de la Menorca gris).

Las rocas de la Menorca gris se originaron principalmente en un mar poco profundo de aguas tranquilas donde vivían muchos organismos. Estas rocas constituyen plataformas amplias, con relieves escarpados y litorales abruptos como los del Cap de Cavalleria y La Mola de Fornells.