MACIZO DE BINIMEL·LÀ Y PREGONDA

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Recorrido de acceso a la parada y continuación hacia la siguiente.

En el macizo de Binimel·là los afloramientos de radiolaritas son abundantes. Este punto representa el afloramiento de mayor altura y se caracteriza por su buen estado de conservación. Presenta formas espectaculares y es de fácil acceso como consecuencia del vial abierto para llegar al chalet más altivo de la urbanización. Las radiolaritas son un tipo de roca bastante singulares como resultado de las condiciones necesarias para su sedimentación. Son rocas silíceas plegadas formadas por la acumulación de esqueletos de unos organismos denominados radiolaris, intercalados entre capas finas de roca sedimentaria dominantemente arcillosa que se suele exfoliar en pequeñas losas. Similar a roca sedimentaria detrítica formada por arcilla.</p></div>">pelita.&nbsp;</p></div>">llosella. Los afloramientos destacan por una estratificación muy clara y por pliegues muy bien modelados, como resultado de la plasticidad de la roca. Puntualmente se observan pequeñas fallas. Popularmente se conoce como pedra foguera (piedra de chispa o piedra de lumbre) por el hecho que su composición silícea confiere a la roca una gran dureza e implica que pueda desprender chispas al rascarla con un trozo de hierro.


Vista general del afloramiento y detalle de los pliegues y ondulaciones que presenta (punto A).

La alternancia de las capas de radiolaritas con capas finas de roca sedimentaria dominantemente arcillosa que se suele exfoliar en pequeñas losas. Similar a roca sedimentaria detrítica formada por arcilla.</p></div>">pelita.&nbsp;</p></div>">llosella permite observar claramente la estratificación. Las capas presentan espesores de hasta 10 cm, aunque dominan las de 5 cm con varias coloraciones verdes, negras y rojas. Muy duras y difícilmente erosionables, las capas resaltan en el relieve. Vista su dureza, los pliegues se asocian al hecho de que durante la fase que deformó estos materiales los sedimentos todavía no se habían consolidado.

Los radiolaris tienen un esqueleto silíceo (de ópalo), esférico y perforado, y aunque sus esqueletos son incoloros, las rocas que constituyen presentan coloraciones habitualmente marrones, pero también negras (denominadas liditas), verdes e incluso rojo oscuro. Estas variedades en el color responden a la presencia de sustancias orgánicas e inorgánicas en el momento de formación de la roca, como puede ser la existencia de minerales de hierro como la hematites.

Son organismos planctónicos, de manera que viven flotando en el mar y, cuando mueren, los esqueletos se depositan muy lentamente en el fondo. Se conoce su existencia desde el Cámbrico (hace más de 500 millones de años) y actualmente no son tan frecuentes como lo fueron en periodos pasados. Viven lejos del talud y son frecuentes en mares calientes con actividad volcánica, hecho que implica la presencia de sílice abundante en el mar necesario para la supervivencia de estos organismos.

De esta manera, podemos relacionar estas rocas con las arcillas y limos rojos y blancos identificados en la parada anterior, que en su composición pueden incluso contener algunos radiolaris. Las dos rocas se forman a partir de sedimentos que encontramos en mar abierto y pueden tener una cierta relación con la actividad volcánica. Igualmente, el minúsculo tamaño de los componentes que forman estas rocas implica que se caractericen por una velocidad de sedimentación extremamente lenta: podemos considerar que son necesarios mil años para formar un nivel de tan sólo 0,5 cm de radiolaritas.

Cuando se produce el enfriamiento del mar, mueren en masa y se inicia un nuevo ciclo sedimentario detrítico que acabará dando lugar a capas de roca sedimentaria dominantemente arcillosa que se suele exfoliar en pequeñas losas. Similar a roca sedimentaria detrítica formada por arcilla.</p></div>">pelita.&nbsp;</p></div>">llosella. Es decir, se inicia la deposición de unas partículas, como son las arcillas, que resultan mayoritariamente de la desintegración y desmenuzamiento de una roca preexistente. De esta manera, podemos observar que el talud está formado por capas duras de radiolaritas que se alternan con capas blandas de roca sedimentaria dominantemente arcillosa que se suele exfoliar en pequeñas losas. Similar a roca sedimentaria detrítica formada por arcilla.</p></div>">pelita.&nbsp;</p></div>">llosella formadas por la acumulación de arcillas y limos en momentos de descensos de temperatura del mar. Esta alternancia permite observar claramente la estratificación de las rocas, ya que cuando las capas de radiolaritas coinciden con la ausencia de roca sedimentaria dominantemente arcillosa que se suele exfoliar en pequeñas losas. Similar a roca sedimentaria detrítica formada por arcilla.</p></div>">pelita.&nbsp;</p></div>">llosella, se convierten en una masa silícea homogénea de diferenciación impracticable.


Capas de llosella intercaladas entre las capas de radiolaritas (punto A).