EL MIGJORN DE MENORCA DE S'ALGAR A ALCALFAR

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Acceso, propuesta de recorrido y continuación a la parada siguiente.

El punto de observación de la parada será el margen sur de cala Alcalfar, al cual llegaremos bordeando la cala pasando por la playa, donde desemboca un pequeño torrente. Este torrente, en algún tiempo pasado en que fue mucho más enérgico, debió ser desencadenante para la formación de la cala.

Nos situaremos delante el islote del Illot des Torn. Al observar el islote, probablemente, lo primero que nos llamará la atención es el arco, que, como si fuera un puente, se identifica en su centro. Esta apertura se origina en puntos donde la roca es más débil, normalmente porque presentan fracturas; unos puntos de debilidad donde el embate de las olas ha abierto un pequeño agujero, que poco a poco se ha ido haciendo mayor. Tal como se ha explicado en la parada anterior, a medida que el orificio aumenta de tamaño se incrementa la inestabilidad hasta un momento en que la roca se desploma. De hecho, es muy probable que este islote estés originariamente conectado con la costa por otro arco que ya colapsó. Detrás del islote también se puede reconocer el mismo proceso en una antigua cueva que sufrió la caída de su techo.


Illot des Torn en la punta norte de cala Alcalfar (punto A).

Nótese la disposición en capas (estratos) planas y paralelas que forman el islote y que también se identifican en la cala y bajo la torre de Alcalfar. Corresponde a una estratificación en planos paralelos típica de los taludes arrecifales. Los arrecifes son ecosistemas marinos de aguas someras tropicales, por lo tanto, cálidas, compuestas por una comunidad de seres vivos marinos, como son los corales y las algas calcáreas, que al incorporar carbonato de calcio en sus tejidos pueden fosilizar. Estos organismos de esqueleto calcáreo, van creciendo unos sobre otros, ya muertos, constituyendo una roca calcárea muy resistente, que en Menorca es conocida como piedra viva (hay que señalar que la piedra viva se puede constituir por otras vías). La disposición que originan los arrecifes, creciendo unos organismos sobre otros de antiguos, provoca que acaben presentando una morfología de montículos rocosos irregulares a menudo sin una estructura sedimentaria bien definida.


En los arrecifes cada individuo está unido con las construcciones de sus vecinos. Mediante su crecimiento segregan carbonato de calcio, que les sirven como a cemento para sujetarse sobre las construcciones de individuos muertos subyacentes. De esta manera, el arrecife se extiende en dirección vertical y horizontal. La mayor parte de los arrecifes se componen de esqueletos de corales, organismos que viven en colonias de numerosos individuos. No obstante, se identifican otros seres vivos como las algas calcáreas o las almejas (www.financialtribune.com).


Así, los arrecifes construyen un edificio macizo que sobresale de las otras formaciones marinas circundantes, y aunque es lo bastante rígido para resistir a las olas, su acción continúa, junto con la actividad erosiva de organismos vivos, pueden romper fragmentos, frecuentemente de tamaño arena, que son depositados ampliamente en su base. De esta manera, hay que considerar que la estructura de los arrecifes no se limita únicamente a un montículo repleto de organismos de esqueleto calcáreo, sino que también forman parte de la estructura los sedimentos derivados de la destrucción de los mismos, que se depositan a su alrededor constituyendo sus flancos o taludes.

Las capas paralelas que dominan el paisaje que nos rodea corresponden a las partes frontales o taludes de arrecifes donde se acumularon los sedimentos bien estratificados que se desprendieron del arrecife por efecto de la erosión, junto con los propios que se forman en estos puntos. Es decir, hay que señalar que en este sedimento, que se deposita en la parte baja de los arrecifes, también proliferan formas de vida, y que la rotura de sus esqueletos también pasará a formar parte del sedimento. Con el paso del tiempo este sedimento arenoso se consolidará constituyendo la roca más frecuente y popular de Menorca: el marès.

En la parte alta del promontorio, donde se asienta la torre de defensa de Alcalfar, esta estratificación desaparece. Algunos científicos explican que justo debajo de la torre hay una masa de roca que se podría asociar a los montículos irregulares que se forman en los núcleos de los arrecifes. Es decir, consideran que bajo la torre se identifica la piedra viva formada por la gran acumulación de organismos que vivían en el arrecife y por debajo, el marès, bien estratificado y derivado mayoritariamente de la destrucción de los esqueletos de los seres vivos que vivían en el núcleo del arrecife.


Capas bien estratificadas en el Caló Roig correspondientes a taludes arrecifales. El paralelismo entre las capas se pierde a medida que ascendemos a la torre (punto B).