Daños y consecuencias
En esta fase, si el árbol no tiene hojas nuevas, se dejarán colgar de unos hilos de seda. Gracias a estos hilos y a los numerosos pelos que recubren la oruga, el viento las transporta a nuevos pies con hojas rebrotadas. Este es el sistema empleado para su dispersión, puesto que la hembra no puede volar. Así pueden desplazarse varios kilómetros. Por esto se deduce que el viento es el principal factor de dispersión. Cuando la plaga es muy intensa la oruga destruye completamente las hojas y los brotes nuevos, incluso las hojas de años anteriores, causando una defoliación total.
El tiempo de paso de un estadio a otro es de unos 10 días, aunque si las condiciones climáticas son favorables puede reducirse a cinco. Por esto la fase larvaria dura unos 2 meses, aunque podría reducirse a la mitad. Una vez completa la fase larvaria, la oruga pasa a crisalidar. Las orugas se reunen en grupos pequeños en las partes inferiores de las ramas bajas. Esta fase suele empezar alrededor del mes de junio, y dura entre 10 y 15 días. Pasado este tiempo emergen los adultos, que viven unos cinco días durante los que se realiza la puesta, que permanecerá en el árbol hasta las eclosiones, en la siguiente primavera.
Zona gravemente afectada en Menorca. Foto: © Luis Núñez |
Ramas de encina desfoliadas. Foto: © Luís Núñez |
DAÑOS PRODUCIDOS POR LYMANTRIA DISPAR
Este insecto produce daños sobre encina (Quercus ilex) y alcornoque (Quercus suber). Ataca además a otras especies: Quercus faginea, Quercus pyrenaica y otras frondosas. Además, en otras zonas ha sido observada sobre Pinus pinaster en Salamanca, Pinus radiata en Asturias y Galicia y Pinus halepensis en Menorca.
Los daños son producidos por la alimentación de las orugas. Inicialmente los daños aparecen como agujeros en las hojas nuevas. Cuando la larva va creciendo la alimentación también atacará al margen, y en los últimos estadios consumirá toda la hoja. Si la brotación no se ha producido cuando nace la larva, se alimentará de las yemas, pero sin destruirlas, de forma que se produzca la brotación, y posteriormente atacará los brotes recién nacidos.
Si la plaga es muy intensa, la oruga acabará alimentándose de las hojas viejas, produciendo la defoliación total. Como consecuencia de estos daños se produce la pérdida de la cosecha de la bellota, el crecimiento es nulo, y en alcornoque afecta directamente a la producción del corcho, causando una disminución de su crecimiento y en ocasiones exfoliación del corcho.
No es frecuente que los árboles mueran como consecuencia del ataque, pero, si este coincide con circunstancias adversas puede producirse la desaparición de numerosos ejemplares. Si no se dan estas circunstancias lo normal es que el rebrote se produzca en 20 o 25 días y en un mes el follaje esté recuperado. En determinadas zonas se han dado casos, en ocasiones en que coinciden fuertes defoliaciones sucesivas con un período de sequía prolongado. El rebrote de la encina no se ha producido hasta la época de lluvias.
Orugas en diferentes estadios. Foto: © Luís Núñez |
DISTRIBUCIÓN DE LYMANTRIA DISPAR
Esta mariposa se encuentra distribuida por el centro y Sur de Europa y Asia, así como en el Norte de África. En las Illes Balears se ha detectado en Mallorca y Menorca, y no en Eivissa, aunque es prematuro confirmar la no existencia en Eivissa.
En Estados Unidos fue introducida de manera accidental por un naturalista en 1869, y desde entonces se ha extendido a Canadá, causando graves daños a las masas de quercíneas.
En Asia existe una raza de Lymantria dispar L., que se ha encontrado por el momento en Alemania, Francia, Suiza, Austria, Eslovenia y a Estados Unidos. Se trata de una raza más peligrosa, pues sus hembras pueden volar, con el consecuente riesgo de expansión. Por otra parte, parece ser menos selectiva en cuanto a su alimentación, puesto que es capaz de alimentarse de 600 plantas distintas, incluyendo frondosas y coníferas.