Daños y consecuencias
El daño más importante es que corta la circulación de la savia del árbol, llegando a matarlo. Realizan unas galerías de entrada en la corteza con una forma de volcán de resina por donde entran al árbol, al final del otoño. También hacen unas galerías en el tronco durante el otoño y el invierno.
Otro daño se produce en las ramillas por el hecho de quedarse dentro comiéndose la parte interior de la ramita durante los meses de primavera. Ataca principalmente a árboles de troncos mayores de 6-7 cm de diámetro.
Entrada masiva de adultos. Foto: © Luís Núñez |
Larva. Foto: © Luís Núñez |
En diámetros inferiores hay otros xilófagos que pueden ser también plaga y por lo tanto es importante eliminar los troncos todavía más pequeños.
Las consecuencias de la muerte de los árboles son un impacto paisajístico y turístico fuerte: no se contribuye a la protección y estabilidad del suelo, no se regula el régimen hídrico, la infiltración al suelo y los aportes a los acuíferos, no se genera oxígeno, no hay sombra y las temperaturas son más altas.
Perforaciones producidas por antiguas salidas de adultos. Foto: © Luís Núñez |
Perforadores (Tomicus) dentro de una ramita de pino. Foto: © Luís Núñez |