Descripción
Se conoce como procesionaria del pino a la larva (oruga) de una especie de mariposa nocturna (Thaumetopoea pityocampa Schiff.) llamada vulgarmente así porque se desplaza en grupo -es muy gregaria- formando las características colas o procesiones, especialmente cuando se entierra.
Adultos: arriba el MACHO, abajo la HEMBRA. Xavier Cañellas |
Se trata de un insecto defoliador -es decir, se alimenta de hojas- que ataca a los pinos, y que puede afectarlos de manera grave si los ataques son muy intensos y repetidos o si los árboles están debilitados. Pese a todo, el árbol no muere. En Baleares afecta sobretodo al pino carrasco (Pinus halepensis Mill.), ya que, pese a no ser la especie de pino más susceptible a sufrir la procesionaria, és la más abundante en las islas.
Esta especie es típicamente mediterránea, pese a que hace relativamente poco tiempo que la encontramos en las Illes Balears. Fue detectada en Mallorca en el año 1942, por Joaquín Ximénez de Embún, enterrada en forma de crisálida en el cepellón de unas plantas para ajardinar, provenientes de la Península y que se dispersó por toda la superficie de la isla.
A la isla de Menorca llegó en el año 1970, pese a que no se conoce con seguridad cual fue la fuente de infestación: la introducción de plantas afectadas o a causa de los fuertes vientos que en ocasiones soplan del sur-oeste, que podrían haber trasladado las mariposas cuando vuelan hasta las costas de Ciutadella.
Oruga sobre una bolsa. Xavier Cañellas |
Bolsón en una rama de un pino. Xavier Cañellas |
En el caso de Eivissa, la presencia del insecto data de 1975, cuando se introdujo enterrada en forma de crisálida en el cepellón de tierra de unas plantas de baladre que se trajeron desde la Península hasta la zona de cala Vadella, al sur-oeste de la isla.
En Formentera se colocaron trampas de feromona que permitieron capturar, en 2007, los primeros ejemplares adultos en la isla. Este año (2010) se detectaron bolsones por primera vez; se contabilizaron 84 bolsones en total.
Por esto, y teniendo en cuenta la ausencia de una parte de los parásitos y de los predadores naturales en el lugar de origen, la procesionaria podría llegar a constituir un problema grave para nuestros pinares.