BARRANCO DE ALGENDAR

  Información

Propuesta de recorrido en la parada.

El Pas d’en Revull corresponde a un pequeño tramo del Camí Reial, una antigua vía que cruzaba Menorca de punta a punta y que posiblemente podría tener los orígenes en la época romana. Las iniciativas de voluntariado de Ferreries han conseguido recuperarlo y es un grupo de voluntarios quien se encarga de mantener el camino en buenas condiciones para visitarlo. Desde un punto de vista geológico, el Pas d’en Revull es un pequeño afluente o canal tributario de unos 450 m de recorrido que desemboca en es Canaló, que a la vez es afluente del canal principal del barranco de Algendar.

La parte superior del Pas d’en Revull corresponde a un tramo abierto, protegido por la roca tan sólo en el lado de sur y expuesto por lo tanto a los vientos de tramontana. En este tramo inicial, más bien rectilíneo, la roca se muestra homogénea y con poco interés, pero a medida que nos adentramos hacia el interior del barranco esta percepción cambia notablemente. Así pues, habrá que estar atento a las paredes, donde fósiles, bioturbaciones y testigos de los procesos que algún día configuraron este pequeño barranco, cobran un interés para el visitante curioso por conocer su geología.


Recorrido inicial del Pas d’en Revull (punto A) y tramo en que el camino se encaja y donde se propone hacer las primeras observaciones del itinerario (punto B).

De esta manera, justo llegar al punto donde el Pas d’en Revull se estrecha notablemente, al fijarnos en las paredes nos daremos cuenta de que estas no son homogéneas, sino que muy a menudo muestran un entramado de pequeños tubos, indicadores de los procesos biológicos que afectaron a la roca, cuando esta todavía no era roca, y consistía en un sedimento arenoso que todavía no se había consolidado.

Así, con una relativa frecuencia, observaremos tubos, a veces bifurcados y ramificados, construidos por animales que vivieron durante el Mioceno y que, en su afán para buscar alimento, vivienda o huir de los depredadores, removían el sedimento que, más tarde, se consolidaría formando una roca y originando estas formas que asociamos al llamado proceso de la bioturbación o bioerosión, aquella erosión asociada a seres vivos.

Los animales responsables de estas estructuras no fosilizaron porque no tenían partes duras o esqueléticas. Sin embargo, en estas paredes, así como en otras que constituyen el Pas d’en Revull a partir de este punto, identificaremos fósiles de otros animales, fundamentalmente de erizos de mar, aunque también de otros organismos como almejas; todos ellos organismos marinos, que por lo tanto, nos indican que esta roca se formó hace millones de años en el mar. 


Talud que fue removido intensamente por organismos vivos cuando era un sedimento arenoso (arriba) y detalle de los tubos creados como consecuencia de esta actividad biológica (abajo) (punto B).

Estos fósiles parecen estar incrustados en la roca. La realidad es que los fósiles se formaron al quedar el organismo enterrado entre sedimentos marinos inmediatamente después de morir, y quedaron así protegidos de las olas. En estas condiciones, las partes carnosas se descompusieron y desaparecieron rápidamente; en cambio, las partes duras, como son los caparazones, perduraron con la composición geológica propia o con esta transformada. En algunos casos, estas partes duras subsisten casi intactas (indicando un ambiente de sedimentación poco enérgico), pero con más frecuencia sus poros y espacios abiertos se impregnan parcialmente o totalmente de minerales procedentes del agua que hay entre el sedimento y, con el paso del tiempo, todo el conjunto se convierte en una roca (proceso conocido como roca sedimentaria. También se denomina litificación.</p><p><br></p></div>">diagénesis).

Los fósiles que identificamos en estas rocas corresponden a los de organismos marinos que vivieron en el Mediterráneo en un periodo de tiempo comprendido entre 5 y 11 millones de años, en el Mioceno. En estos tiempos, el Mediterráneo era un mar cálido similar a los mares tropicales actuales. Por este motivo, en estos mares encontramos hoy en día a los descendientes de algunos de los organismos que vivían en el mar Mediterráneo durante el Mioceno. En el Pas d’en Revull encontramos fósiles de erizos de mar de diferentes especies correspondientes tanto a caparazones originales como a moldes resultantes del sedimento que llenó los espacios vacíos del caparazón original una vez desapareció.

La mayoría de las especies de erizos de mar de las rocas del Mioceno de Menorca pertenecen al grupo de los irregulares, caracterizados por una simetría bilateral y formas corporales dispares (acorazados, ovalados, alargados, allanados, pentagonales, etc.), y, en consecuencia, muy diferentes a los erizos de mar que encontramos actualmente en nuestras costas, de forma abombada subcircular y simetría "pentarradial".


Fósiles de erizos de mar irregulares en los taludes del Pas d’en Revull (punto C).

Ejemplos de erizos de mar de la familia Schizasteridae, fósiles y actuales. A la izquierda, ejemplar fósil localizado en el barranco de Algendar y depositado en el Centro de Geología de Menorca y a la derecha, ejemplo actual recogido en el 2003 en una playa de Nueva Caledonia, a 5 m de profundidad (Koghisberg's Collections). Ambas muestras presentan un diámetro máximo de unos 60 mm.

El pequeño canal del Pas d’en Revull se abrió por efecto de la acción erosiva del agua. De hecho, para imaginarnos este proceso encontramos un buen ejemplo en un pequeño meandro generado por el agua, que al bajar a mucha velocidad “choca” contra la roca y se desvía para continuar su curso. El agua erosiona la roca, en este caso la parte inferior, pero su acción no acaba aquí, también se produce un descalce que favorece la caída de bloques de las partes superiores, donde estos se pueden desplomar por falta de sujeción de su base al ser erosionada por el curso de agua.

Sin embargo, posiblemente no hay que asociar únicamente la apertura del canalón a la erosión de las aguas superficiales, sino también a las subterráneas. Es decir, podría haber sucedido que en el pasado algunas partes del Pas d’en Revull correspondieran en cuevas por donde circulaban aguas subterráneas. Estas también pueden erosionar la roca y agrandar las cavidades hasta un punto que su medida no permite que aguanten el terreno que tienen encima y este se hunde. Una posible pista que podría relacionar algunos tramos del Pas d’en Revull con antiguas cuevas es la presencia de un sedimento rojo encastado en la roca. Son unas arcillas muy frecuentes dentro de las cuevas y que pueden incluir otros cantos angulosos como los que reconocemos en Pas d’en Revull. En Menorca, en este tipo de roca en algunas cuevas se han encontrado huesos fosilizados.

Esta arcilla de color rojo o anaranjado recibe el nombre de ’terra rossa’ o arcilla de descalcificación, y es el material residual resultando de la disolución de la marès. Las aguas subterráneas, ligeramente ácidas por el hecho de reaccionar con el CO2 atmosférico o procedente de la descomposición de plantas y animales, disuelven la roca Roca sedimentaria cuyo componente principal es el carbonato cálcico (CaCO<sub>3</sub>). Su origen puede ser químico, orgánico o detrítico.</p></div>">caliza y depositan en forma de producto residual la arcilla con óxidos de hierro en su composición, que le confieren el característico color.


Socavamiento de la parte inferior del peñasco en un tramo del Pas d’en Revull por efecto de las aguas superficiales y depósito de sedimentos de color rojo o anaranjado, que recibe el nombre de terra rossa. Esta arcilla es el material residual que queda cuando las aguas subterráneas disuelven la piedra caliza (punto D).