| UTM-X | UTM-Y | ||
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| PARADA 1: PUNTA ROJA | |||
| PARADA 2: MIRADOR DE LA VALL | |||
| PARADA 3: CALA FONTANELLES | |||
| PARADA 4: CODOLAR DE BINIATRAM |
Acceso a la parada.
A medida que nos acercamos a las rocas rojas del Codolar de Biniatram podemos reconocer nuevamente las rocas del Cuaternario. El tramo de costa permite distinguir que estas rocas se formaron en momentos diferentes. Las rocas más próximas al mar son más blandas que las del resalte que se observa en la parte superior del acantilado, por encima del camino, de aspecto más compacto. Esta diferencia es debida principalmente al tiempo. Las rocas de la parte superior son más antiguas que las de la parte inferior y han tenido más tiempo para consolidarse; de esta manera, las más próximas al mar se formaron unos miles de años más tarde. Las dunas del resalte son las mismas que forman el flanco de poniente de cala Fontanelles, responsables de la presencia de la fuente. Todas estas rocas se forman a partir de depósitos que no demasiados años atrás (geológicamente hablando) constituían playas y dunas. De hecho, la disposición de las rocas de la parte inferior puede recordarnos a una playa con un sistema dunar detrás.
A pesar de su aparente relación con las rocas rojas identificadas en la primera parada, las rocas que observamos en el Codolar de Biniatram fueron sedimentadas en un momento de la historia geológica de Menorca muy diferente. La presencia de estas rocas se asocia a una fosa tectónica, una zona que se hundió en los acantilados de Corniola por la acción de unas fallas originando una zona deprimida.
Cabría esperar que la zona hundida se rellenara de sedimentos procedentes de la erosión de las rocas grises circundantes, pero no es así. Tal como podemos observar, el pedregal está constituido por rocas rojas bastante redondeadas.
Acantilados de Corniola con indicación del sector que se hundió y posteriormente fue rellenado por rocas rojas (punto A).
Estas rocas se llaman conglomerados y se forman a partir de otra roca preexistente que no era redonda y que ha sido desplazada por unas corrientes que le han dado estas formas redondeadas. Normalmente un Roca sedimentaria de origen detrítico de grano grueso (clastos de tamaño superior a los 2 mm).</p></div>">conglomerado se forma porque una roca es transportada por un río y el arrastre y rodadura de la roca por el fondo del río la desgasta y le acaba confiriendo la forma redondeada.
Evolución del área deprimida y sedimentación del Codolar de Biniatram. La acción de unos movimientos tectónicos de distensión, provocaron la aparición de unas fallas que hundieron un área determinada del Penyal de Corniola, constituida por rocas del Jurásico. El vacío generado sería rellenado por cantos transportados por violentos torrentes en momentos de fuertes tormentas en el Mioceno, que con el paso del tiempo formarían un conglomerado.
Los conglomerados de Biniatram proceden de la erosión de las rocas rojas que desde la punta Roja de Algaiarens se extienden hasta los alrededores del Pilar. Esta área, que probablemente era mucho más extensa hacia mar que la actual, presentaba unos relieves imponentes desde donde salían unos torrentes, que en momentos de grandes tormentas, transportaban las rocas y las depositaban cerca de la línea de costa. Estos torrentes eran catastróficos: salían de altas montañas y al tener tanta pendiente podían arrastrar grandes bloques de roca. En el momento de llegar al mar no eran redondos, pero el mar se encargó de redondearlos, hecho que explicaría que, aunque estas rocas hayan sufrido un transporte corto (las rocas rojas son muy próximas), hayan adoptado esta forma redondeada por la acción de las olas que los desgastaron y confirieron las características morfologías que podemos observar actualmente.
Codolar de Biniatram, constituido por grandes conglomerados rojos sedimentados en el Mioceno, en primer término, y punta Roja en el fondo. El camino de acceso al pedregal desde cala Fontanelles permite identificar dos niveles de dunas fósiles diferentes, más antiguas las que se sitúan por encima del camino respecto de las de debajo (punto A).
Estas rocas corresponden a los sedimentos más antiguos del Mioceno de Menorca, sedimentadas hace aproximadamente 15 millones de años y, por lo tanto, muy lejos de las edades de las rocas que principalmente hemos reconocido a lo largo del itinerario. La acción de estos enérgicos torrentes quedaría anulada por una subida del nivel del mar (hace unos 11 millones de años) que provocaría el freno a la sedimentación de los conglomerados y el inicio de la que hoy es la roca mayoritaria y más característica de la isla: el marès.
Hay que destacar dos aspectos referentes a los conglomerados de Biniatram: su extraordinario tamaño y la práctica ausencia de cantos grises procedentes de la erosión de las rocas dolomíticas del Jurásico. Este hecho es especialmente patente si las comparamos con los conglomerados de cala Morell, qué, formados bajo las mismas condiciones que los de Biniatram, son más pequeños y presentan muchos más cantos grises.
Estas diferencias las podemos asociar a que los torrentes, de poca longitud y gran pendiente, en momentos de fuertes temporales, erosionaban las montañas próximas al área de Algairens-El Pilar y trazaban un recorrido que inicialmente pasaba por el Codolar de Biniatram donde llenaban la fosa existente con los bloques mayores, los más difíciles de transportar. Su recorrido continuaba por Corniola, donde la erosión de las vertientes de esta zona, cargaban los torrentes de cantos de dolomías. Finalmente, llegaban a cala Morell, donde el mar, al igual que al mismo tiempo pasaba en Biniatram, se encargaba de conferirles su característica forma redondeada. Con el paso del tiempo este depósito de cantos rodados se acabaría consolidando y dando lugar a los conglomerados
Es posible que los conglomerados que encontramos en Biniatram y cala Morell fueron transportados por enérgicos torrentes desde un área situada entre Algaiarens y El Pilar. Primero depositaron los cantos rojos mayores (y por lo tanto más pesados) del Triásico en Biniatram. A continuación, recibieron aportaciones más pequeñas de cantos grises del Jurásico en los alrededores de Corniola y finalmente llegarían a cala Morell, donde acabarían de depositar los sedimentos en el mar. Con la flecha gruesa se indica la supuesta dirección de avance del torrente principal (modificado de Estrada y Obrador, 1998).
Hay que destacar que en cala Morell los cantos constituidos por dolomías del Jurásico están agujereados. Estos agujeros los hicieron, al depositarse las rocas, unos animales marinos, como podrían ser esponjas o dátiles de mar, lo cual indica que, forzosamente, estas rocas se depositaron en el fondo del mar y a poca profundidad. Estos animales sólo pueden agujerear rocas de composición química carbonatada, como las calizas y las dolomías, por este motivo los cantos de areniscas de Biniatram no se encuentran agujereados.
Este itinerario puede ser complementado con la visita a cala Morell, en la zona de la Punta de s’Elefant, en la cual se puede llegar desde Biniatram siguiendo el Camí de Cavalls en un tramo de unos 3 km o bien volviendo a Algaiarens, y desplazándose en vehículo. En esta cala, además de reconocer las diferencias expuestas entre los conglomerados de ambas zonas, se identifica el contacto por falla entre las dos regiones geológicas en que se divide la isla, la Tramuntana y el Migjorn. Esta falla en cala Morell provocó el hundimiento de parte de las dolomías grises de la región de Tramuntana y el relleno del vacío originado por los conglomerados. Una de las principales diferencias entre las dos áreas en que hay que incidir es que en cala Morell, por encima de las rocas rojas, se identifica con facilidad el marès que se sedimentó a continuación de los conglomerados. Esta observación, especialmente evidente hacia poniente, en la zona conocida como el Cul de sa Ferrada, permite reconocer las tres unidades principales que forman la serie miocena menorquina: la inferior conglomerática, la intermedia predominantemente constituida por marès y la superior de origen arrecifal.