Recorrido recomendado. Mirador de la cruz (punto A) y Es Camell (punto B)
La mayor parte de las montañas de Mallorca están formadas por rocas carbonatadas. Este tipo de rocas sufren un proceso de disolución por acción del agua de lluvia que da lugar a un tipo de paisaje especial en el que predominan las cuevas, simas y dolinas, denominado Karst.
Uno de los karst más espectaculares de Baleares se puede observar en las cercanías del santuario de LLuc, desarrollado en conglomerados del Mioceno inferior (23-16 Ma).
Detalle de los conglomerados del Mioceno inferior de Lluc. Nótese como los clastos no carbonáticos no se disuelven apenas y, por lo tanto, mantienen su relieve en la roca.
Dentro del karst, es posible distinguir entre el exokarst, desarrollado en superficie y el endokarst, desarrollado en profundidad. Al exokarst pertenecerían los pináculos, los lapiaces, las dolinas, los poljes y los cañones kársticos, mientras que dentro del endokarst estarían las simas, las cuevas y todos los espeleotemas.
En los alrededores de Lluc el exokarst está muy desarrollado, con abundantes y variadas formas de disolución superficial que reciben el nombre de lapiaz (karre, en alemán). Estas suelen aparecer asociadas, formando lo que se denomina campos de lapiaz.
Aunque sea el agua el principal agente activo en el desarrollo del lapiaz, los factores que lo delimitan son muy complejos y dependen estrechamente de las condiciones ecológicas y climáticas locales. En lo que respecta a la Serra de Tramuntana, el lapiaz se desarrolla generalmente entre los 200 y los 600 metros de altitud.
Existen varios tipos de lapiaz que podemos observar en el Bosc de ses Monges, cercano al santuario.
A los canales de mayores dimensiones reciben el nombre de rinnenkarren, asociados a éstos aparecen los rillenkarren, que son también canales de disolución pero a una escala menor, y que comúnmente se excavan en las cúspides situadas entre los rinnenkarren. Si la disolución presenta forma meandriforme se la denomina mäanderjarren.
Panorámica de un conjunto de rinnenkarren (izquierda). Detalle del mismo mostrando los rillenkarren desarrollados a partir de las cúspides de los rinnankarren (centro). Y acanaladuras con forma meandriforme o mäanderkarren (a la derecha).
Morfologías también características en Lluc son los Trittkarren, que presentan básicamente la sección escalonada que puede adoptar la roca que es afectada por la karstificación. Cuando el sustrato rocoso presenta fracturas se crea en torno a éstas una zona de debilidad mucho más susceptible de ser disuelta, por lo que la grieta se ensancha y se redondea en sus bordes. Este tipo de patrón se llama kluftkarren.
Izquierda, formas escalonadas típicas de los trittkarren. Derecha, kluftkarren desarrollados en un sistema de fracturas paralelas.
Con el paso del tiempo la disolución de la roca genera formas aisladas de gran tamaño denominadas spitzkarren. A este tipo de formas pertenecerían los pináculos. Cuando éstos son muy abundantes, como en el caso de la zona de Lluc, se habla de karst de pináculos.
Conjunto de pináculos kársticos en la zona del Bosc de ses Monges (izq.). El pináculo más emblemático de todos: es Camell (der.).
También en esta zona es posible ver otras morfologías kársticas como las simas, cavidades verticales desarrolladas generalmente a favor de fracturas de la roca y las dolinas, depresiones del terreno de forma redondeada u ovalada.
A veces los procesos de disolución dan lugar a una depresión cerrada de gran tamaño (generalmente kilométrico) de fondo plano y paredes escarpadas, denominada polje. Un buen ejemplo de polje lo constituye el Clot d’Aubarca que se puede observar desde la cruz.
La morfología de este tipo de estructuras, en forma de cubeta, favorece la acumulación de sedimentos y agua en su interior, que facilitan la explotación agrícola del terreno.
Vista del Clot d’Aubarca desde la cruz del santuario de Lluc.