Se puede realizar la visita en cualquiera de las tres opciones planteadas al principio de la ficha, ya que todas ellas presentan un atractivo elevado. Hay que considerar en la cabecera del barranco el valor añadido de visitar el poblado de Son Mercer de Baix, formado por un conjunto de navetas de habitación habitado entre el Bronce inicial (1400 a.C.) y el Talayótico (1000 a.C.). Se han identificado siete unidades de dos tipos diferentes: cinco de planta en forma de herradura y dos de planta cuadrada. Entre ellas destaca la Cova des Moro, el único navetiforme conocido que ha conservado la cubierta de losas de piedra horizontales sostenidas por tres columnas. En la parte central (a la cual accederéis desde el Camí de Cavalls) obtendréis unas magníficas vistas del entorno natural que constituye los barrancos, mientras que en la desembocadura podréis disfrutar de la playa virgen de cala Trebalúger.
