El Barranc de Trebalúger, más irregular y extenso que el Barranc d’Algendar, forma dos ramales diferenciados (el torrente de Trebalúger a poniente y el torrente de Albranca o Son Fideu a levante) que nacen en la región de Tramuntana, cerca del pueblo de Ferreries y que se unen a la altura de Son Olivar, ya muy cerca del mar. El ramal de levante tiene una extensión de 11 kilómetros, mientras que el de poniente representa un tramo de casi 7 kilómetros; 1,6 kilómetros finalizan la configuración de este barranco. Está constituido por profundos cañones fluviales, con paredes casi verticales cortadas en la marès del Mioceno y desniveles próximos al centenar de metros.
Cabecera del barranco de Trebalúger, cerca del núcleo urbano de Ferreries.
Aunque presenta una dirección fundamental, el barranco describe numerosas vueltas y recodos en un trazado fluvial de gran recorrido. Este trazado sinuoso se asocia a grandes colapsos que muestran un aspecto de falsos meandros. Es decir, aunque aparentemente se podrían asociar estas curvas sinuosas a la erosión de los márgenes por parte de los ríos (y por lo tanto, a meandros), su origen se asocia al colapso provocado por la disolución de la roca (conocida como karstificación) por parte de las aguas subterráneas. La karstificación de las rocas puede provocar el derrumbe del techo de cuevas y galerías y formar unas depresiones de contornos circulares o elípticos y de diverso tamaño, que conocemos con el nombre de dolinas, que por el hecho de producirse en los márgenes del barranco habrían ensanchado su cauce. Así, los abundantes hundimientos en forma de media luna en los márgenes de los barrancos, de los cuales se reconocen una cuarentena en el LIG, por efecto de la disolución de las aguas subterráneas han configurado en gran medida su aspecto actual. El colapso de rocas en sus precipicios favorece su retroceso y la morfología semicircular de estos hundimientos da una apariencia de meandro.
En el Barranc d’Albranca o Son Fideu (así como otros barrancos de la parte central del Migjorn de Menorca) podemos identificar un trazado sinuoso, como consecuencia de los colapsos que afectaron a sus márgenes.
Las paredes del barranco de Trebalúger delimitan en su parte baja amplias extensiones que antaño fueron aprovechadas para cultivar.
El tramo final del barranco se caracteriza por ser mucho más caudaloso que el barranco de Algendar, aunque el número de fuentes existentes es inferior. Se encuentran 5 fuentes con agua, con más o menos caudal, que surgen por la intercepción topográfica del nivel freático, y se tiene constancia de al menos tres más que dejaron de brotar a finales de los años ochenta (en los alrededores de Son Fideu y Son Camaró), aunque muy probablemente hay muchas más de las cuales ya no surge agua. Un barranco es un desnivel brusco en la superficie del terreno, causado habitualmente por la erosión de un río. Si el desnivel es suficiente para interceptar el nivel freático (la parte superior del acuífero), este aportará agua al torrente. Cuando esta intercepción se produce por encima de la lámina de agua que transporta el torrente, el agua puede aflorar en forma de fuentes.
El drenaje del torrente que fluye en el barranco de Albranca, se inicia a la altura del predio de Son Carabassa, mediante la fuente que lleva el nombre del barranco. En el de Trebalúger la primera fuente que se identifica es la de Na Joana. Hay que señalar que el caudal del torrente disminuye mucho hasta los alrededores de la intersección entre los dos barrancos, especialmente por efecto de la infiltración. Muy cerca del cruce con el barranco de Albranca, en el de Trebalúger se identifica la caudalosa fuente de Son Olivar. En el tramo final del barranco, el caudal del torrente es incrementado por las fuentes de Matacristos i Trebalúger, ya muy cerca de la playa, que contribuyen a que este último tramo sea muy caudaloso.
Fuente de Na Foradada, que dejó de brotar por el descenso del nivel freático que ha afectado de manera generalizada a los acuíferos de la isla desde los años ochenta. Fuente de Trebalúger (la flecha indica el pequeño canal por donde surge el agua de la fuente) y escorrentía procedente de la fuente de Son Olivar, muy tapada por la vegetación.
El caudal de los torrentes del barranco es muy irregular, es decir, a pesar de ir recibiendo la aportación de agua de nuevas fuentes torrente abajo, en algunos puntos corre por su cauce menos agua. Este hecho es debido al diferente comportamiento del torrente, que va pasando de recibir agua del acuífero a darle en aquellos lugares en que el nivel freático se encuentra más bajo.
Estos barrancos profundos sólo los localizamos en la parte central de la región de Migjorn de Menorca. Este hecho es debido a la circunstancia que, por acción de unos movimientos tectónicos, la región se encuentra ligeramente abombada con el máximo levantamiento en esta parte central (zona de mayor curvatura), y forma lo que en geología se llama una estructura pliegue en el que los materiales más antiguos se sitúan en su núcleo.</p></div>">anticlinal. El levantamiento de esta parte central llevaría asociada la aparición de una serie de fracturas que, como son zonas de mayor debilidad de la roca, serían aprovechadas por los torrentes para establecerse y llegarían a afectar a la zona de Tramuntana. A todos estos movimientos tectónicos hay que sumar los descensos del nivel del mar que se produjeron a escala mundial en el Cuaternario, que provocaron un incremento de la pendiente y, en consecuencia, un gran poder erosivo de los torrentes, que irían barriendo y arrastrando las rocas y sedimentos hacia el mar. Una subida posterior del nivel del mar a partir de hace 10.000 años frenaría este proceso y lo invertiría, es decir, provocaría la sedimentación generalizada de los torrentes en sus sectores bajos y el relleno de sedimentos en las calas.
Así en su tramo final, el cauce del barranco de Trebalúger presenta un relleno de limos y arenas del Holoceno (la época geológica más reciente) de hasta 10 m de espesor, provocado por una subida del nivel del mar (dejándolo prácticamente a su nivel actual), que significaría la invasión de las zonas más excavadas durante el encaje de los torrentes. Este ascenso del mar acabaría provocando la generación de un estuario desde donde se produciría la sedimentación hasta llegar a su configuración actual. De esta manera, la parte final del barranco y, por lo tanto, la más próxima a la cala se ha rellenado de sedimentos de origen marino y también propios de lagunas.
Evolución de la región de Migjorn que condicionó la formación de los profundos barrancos en su zona central. La sedimentación marina de la región de Migjorn en el Mioceno se produjo por el hundimiento de esta con respecto a la de Tramuntana (1). A final del Neógeno-principio del Cuaternario, la región se dobla muy suavemente y favorece la aparición de fracturas en la zona de mayor curvatura (zona central de la región) (2). Estas fracturas son aprovechadas por la red de drenaje para su encaje, que incluso llega a la zona de Tramuntana, hecho que favorece su incisión por comprender un área mayor y la formación de los profundos barrancos en momentos en que el nivel del mar es más bajo (3) (modificado de Gelabert, et al., 2005).