CAÑÓN KÁRSTICO DEL TORRENT DEL PAREIS

El Torrent de Pareis constituye una de las excursiones clásicas de la isla de Mallorca debido a su belleza paisajística y a sus valores naturales. Geológicamente hablando tiene una relevancia de primer orden ya que se trata del mayor cañón kárstico de las Baleares.

La Serra de Tramuntana está constituida por rocas calcáreas cuyo componente principal, el carbonato de calcio, es susceptible de disolverse con el agua de lluvia, a través de las fracturas. Como consecuencia se origina un paisaje especial, en el que abundan las cuevas, simas, lapiaces y dolinas, que recibe el nombre de karst.


Los torrentes se encajan en las grietas de la roca y con el paso de miles y miles de años acaban por excavar barrancos de paredes verticales, denominados cañones kársticos (ver esquema de su formación). A esta categoría pertenece el Torrent de Pareis, situado en el karst de Escorca y cuyas paredes están conformadas por calizas del Jurásico inferior (200-185 Ma).

Aunque los cañones kársticos son estructuras relativamente comunes en Mallorca, especialmente en la Serra de Tramuntana, el Torrent de Pareis tiene unas dimensiones que superan al resto, debido a que proviene de la unión de dos cursos fluviales importantes: el Torrent de Gorg Blau, procedente del suroeste , y el Torrent de Lluc, procedente del este.

En el recorrido que separa la zona de s’Entreforc (inicio del torrente) a s’Olla (final del mismo) no sólo se puede disfrutar de sus imponentes paredes sino que además se pueden observar una serie de rasgos geológicos típicos de los torrentes kársticos de la Serra.

A continuación se van a comentar algunos de ellos, según van surgiendo durante el recorrido.


S’Entreforc: corresponde a la zona de confluencia del Torrent de Gorg Blau y de Lluc (también llamado d’Aubarca). Es donde nace el Torrent de Pareis. 

En una de las zonas donde la erosión ha incidido más, esculpiendo algunas de las paredes más altas de su recorrido, algunas de las cuales alcanzan los 250 m. Si se observan detenidamente las calizas que conforman los acantilados no es difícil detectar los estriados verticales producto de la corrosión del agua de lluvia. 


Panorámica de S’Entreforc, con el Torrent de Lluc (izquierda) y el Torrent de Gorg Blau (derecha).

Sa Fosca: adentrándose unos 5 minutos por el Torrent de Gorg Blau alcanzaremos el tramo final de Sa Fosca. Su nombre (La Oscuridad, en castellano) alude a que la luz del sol nunca incide de forma directa, estando en penumbra incluso al medio día. Ello es debido a la acusada estrechez del torrente unida a la profundidad y verticalidad de sus paredes, que incluso se unen en algunos puntos. 

A destacar, además de la grandiosidad del lugar, una gran colada parietal que tapiza los bloques caídos en el cauce del torrente.

A partir de este punto el recorrido por el torrente se hace dificultoso ya que deberemos ir sorteando los grandes bloques rocosos caídos en el cauce, procedentes de las paredes acantiladas que lo flanquean. 

Gorg des Capellà: este gorg es uno de los muchos que tiene el torrente y sus rasgos son comunes a todos. Se trata de zonas donde el cauce del torrente se estrecha y los grandes bloques de roca desaparecen súbitamente, dejando ver el sustrato. Éste suele ser la propia Roca sedimentaria cuyo componente principal es el carbonato cálcico (CaCO<sub>3</sub>). Su origen puede ser químico, orgánico o detrítico.</p></div>">caliza desnuda y pulida por la acción de las corrientes de agua, que ha dejado un patrón típico formado por morfologías cóncavas denominadas marcas de gubia. En algunas zonas este sustrato corresponde a un Roca sedimentaria de origen detrítico de grano grueso (clastos de tamaño superior a los&nbsp;2 mm).</p></div>">conglomerado, roca formada a su vez por fragmentos de otras rocas. Ello nos indica que en un pasado el torrente debió de estar inactivo un tiempo lo suficientemente prolongado como para que los cantos rodados que entonces tapizaban su cauce acabasen cementándose. Según se avanza, el sustrato se cubre con una gran acumulación de cantos rodados de pequeño tamaño, similares a los que conforman los conglomerados. En las paredes del gorg es posible apreciar el nivel de agua alcanzado en épocas de crecida.


Inicio del Gorg des Capellà, donde se observan marcas de gubia, detalle de los conglomerados y zona intermedia rellena de gravas

Cova des Romegueral: es una cueva con amplia entrada situada en un lateral del torrente. Su nombre deriva de la romeguera, un arbusto que se da en la zona. La boca tiene una característica forma de higo o de pera, muy estrecha y prolongada hacia arriba y ancha en su base. 

Se trata de una cueva desarrollada aprovechando una fractura vertical de la roca y sobre la cual actuaron los procesos kársticos, debilitando la zona hasta el punto de provocar desprendimientos. Se trata de una cavidad de colapso como otras muchas que observaremos a lo largo del recorrido.


Cova des Romegueral y su característica forma de pera

El Degotís: se trata de una surgencia de agua a través de una grieta de la roca, donde se ha formado una pequeña concreción travertínica. Este tipo de manantiales son frecuentes en las paredes de los cañones kársticos. Debido a la bajada drástica en la presión de CO2 precipita la calcita en forma de Roca sedimentaria originada por la precipitación de carbonato cálcico a partir de aguas sobresaturadas, especialmente en zonas de surgencias kársticas.&nbsp;</p></div>">travertino.

Surgencia kárstica de Es Degotís

S’Olla: esta zona constituye el último tramo del recorrido del torrente. En fuerte contraste con los parajes estrechos previos, en S’Olla el terreno se ensancha notablemente, formando un gran valle de fondo plano rodeada de paredes verticales que le otorgan el nombre al lugar (por alusión a la forma de una olla). 

El sustrato en este punto son cantos rodados transportados a lo largo del cauce, que se acaban por acumularse en S’Olla debido a que el ensanchamiento del mismo produce una disminución en la energía del agua. 

Llegando a la costa las paredes se estrechan vez más. Es en este punto donde el torrente acaba en una barrera de cantos rodados (llamada codolar) que por norma general incomunica el torrente con el mar. No obstante, después de periodos de abundantes lluvias, el caudal se reactiva y llega a romper la barrera y unirse con el mar.


Zona de s’Olla y desembocadura del torrente de Pareis

Además de estos rasgos particulares de cada zona descrita, durante el recorrido es muy frecuente observar marmitas, oquedades en la roca formadas en zonas donde una o más piedras han quedado atrapadas por la corriente, dando vueltas sobre sí mismas, erosionando el sustrato hasta horadarlo.

Diversas marmitas a lo largo del recorrido