Parte de las ruinas de los edificios mineros.
S’Argentera ha constituido una de las principales explotaciones mineras de Baleares y la principal de Eivissa, destinada a la extracción de plomo y plata. Probablemente la minería en la zona comenzó en tiempos prehistóricos, si bien es desde la época púnica y romana que existen vestigios. No obstante, no es hasta la edad media (siglo XIV, concretamente) cuando tenemos las primeras fuentes documentales de las explotaciones, existiendo algunos testimonios posteriores.
Parte de las ruinas de los edificios mineros.
A finales del siglo XVIII, principalmente en el siglo XIX, tuvo lugar la última etapa en el desarrollo de las minas. Durante los últimos años del siglo XIX y primeros del XX s’Argentera sufrió una grave crisis causada por la inundación de sus galerías. Después de algunos breves intentos de reactivar las explotaciones, las minas de s’Argentera fueron abandonadas definitivamente en los años 50.
Geológicamente hablando, el yacimiento de las minas de s’Argentera corresponde a una mineralización de Pb-Zn que se originó debido a procesos de alteración superficial de las dolomías y margas del Jurásico inferior durante una etapa de intenso vulcanismo que comenzó durante el Triásico superior y continuó hasta el Jurásico inferior (210-190 Ma, aproximadamente). Este vulcanismo se debe a la separación del antiguo supercontinente Pangea en los continentes actuales.
El material explotado en la mina es la galena, la cual es mena de plomo. Este mineral es susceptible de contener un cierto porcentaje de plata, llamándose en estos casos galena argentífera, que es precisamente el tipo de galena presente en s’Argentera que se encuentra diseminado entre las capas de dolomías y margas en forma de filones. Durante toda la vida activa de la mina se extrajeron más de 150.000 toneladas de mena con una calidad de plomo muy variable.
Asociado a la galena se puede observar pirita, limonita, goethita, barita, cuarzo y, sobre todo, calcita. Este último tiene presencia, principalmente, dentro de las numerosas cavidades kársticas que existen en la roca madre, la dolomía. De forma residual también se puede encontrar cinabrio, mena del mercurio.