Aunque el Mioceno ibicenco (de 25,0 a 5,3 Ma) sea una época geológica con numerosos afloramientos, la mayoría corresponden a materiales de antes o durante la Orogénia Alpina, es decir, el levantamiento de los actuales relieves de la isla.
En la zona de Cala Portinatx se localiza uno de los pocos afloramientos de Eivissa correspondientes al Mioceno postectónico. Los materiales no están afectados por intensos plegamientos, por lo que se facilita notablemente su estudio.
Siguiendo el orden de sedimentación, los materiales presentes en toda la zona de Pujolet des Morts y los pequeños acantilados hasta la Punta d’en Pau corresponenden a calizas blancas muy bioturbadas. Se trata de un arrecife fosilizado que, en su día, formaba parte de un fondo marino poco profundo y de aguas claras con abundante fauna.
Arrecife fósil en primer plano. En la colina de Pujolet des Morts aparecen la unidad detrítica y las dunas cuaternarias.
Mientras que en el resto de Baleares existen abundantes testimonios de los arrecifes de coral formados alrededor de las zonas emergidas, en Eivissa son francamente escasos y limitados a su costa norte.
En la zona de Cala d’en Serra (al sureste de Portinatx) esta unidad presenta gran cantidad de restos fósiles de corales tipo Madréporas y de gasterópodos.
Detalle de la bioturbación que presenta la unidad arrecifal.
Sobre la unidad de arrecifes fósiles se encuentra una unidad detrítica compuesta por arenas finas, margas y limos de color blanco amarillento que se alternan con capas gruesas de cantos de materiales calcáreos mesozoicos de dimensiones variables (decimétricas y métricas). Estos materiales se sedimentaron formando conos de deyección en un momento en el que el nivel del mar era más bajo con respecto a la etapa anterior.
Se pueden observar en la colina de Pujolet des Morts y en el sector de s’Aigua Blanca.
Afloramiento de la unidad detrítica localizada en la colina de Pujolet des Morts
Posteriormente se produjo una pequeña subida del nivel del mar y se depositó el llamado Complejo Terminal constituido por sedimentos oolíticos y microbialitas (rocas formadas por la acción de microbacterias).
Los oolítos consisten en partículas carbonatadas esféricas, o subesféricas, de diámetro inferior a 2 mm. Se forman en un ambiente marino de poca profundidad y de cierta energía en el que las micropartículas de carbonato cálcico se encuentran en suspensión junto con sedimentos detríticos. La corriente marina desplaza continuamente las partículas sobre la columna de agua y, poco a poco, se van superponiendo láminas de carbonato cálcico sobre un núcleo detrítico.
Por otro lado, los depósitos de microbialitas se originan en un medio marino de poca profundidad y cierta tranquilidad.
El complejo terminal se haya dando lugar a los acantilados situados entre Cap Blanc de Portinatx y la Punta de Moscarter.
Complejo Terminal en el que se resaltan las laminaciones de microbialitas. Sobre el Complejo se sedimentan dunas fósiles de edad cuaternaria.
Entre los afloramientos del Complejo Terminal se puede observar un colapso kárstico originado por la disolución de los materiales infrayacentes y el posterior relleno de la cavidad por los estratos superiores desplomados (brechas), que han perdido soporte basal.
Colapso kárstico y delimitación aproximada de sus brechas.
Cubriendo parcialmente todos los depósitos del Mioceno postectónico descrito anteriormente existen dunas fósiles del Pleistoceno (Cuaternario). Éstas se sedimentaron después de la desecación del Mediterráneo durante la crisis del Messiniense (hace aproximadamente 5,6 Ma).
En las dunas es posible observar vestigios de la vegetación que las poblaba en forma de rizocreciones (moldes vacíos de raíces que se preservan gracias al sedimento endurecido una vez desaparecen los restos vegetales). Estas dunas también presentan numerosos encostramientos producto de los episodios de aridez que se dieron durante su formación.
Contacto entre el arrecife fósil y los depósitos Cuaternarios.
Rizocreciones (1) y encostamientos (2) de las dunas cuaternarias.