CRETÁCICO DEL CAP DES REDOBLE Y FOSA TECTÓNICA DEL MACAR DE SA LLOSA

Los terrenos del Macar de sa Llosa constituyen un lugar completamente singular en el contexto geológico de Menorca. Corresponden a una fosa tectónica (o graben), una zona que se hundió por la acción de unas fallas que originaron una amplia zona deprimida. En el LIG, esta fosa tectónica fue rellenada posteriormente por sedimentos que darían lugar a las rocas que conocemos como conglomerados y brechas: unas rocas sedimentarias formadas predominantemente por guijarros con un diámetro superior a 2 mm, que si son redondeados constituyen un Roca sedimentaria de origen detrítico de grano grueso (clastos de tamaño superior a los&nbsp;2 mm).</p></div>">conglomerado, mientras que si son angulosos forman una Roca sedimentaria detrítica formada por cantos angulosos de tamaño mayor a 2 mm y que suponen al menos el 50% de la masa total de la roca. Los cantos se encuentran unidos por un material cementado que se denomina matriz.</span></p></div>">brecha.


Esquema de la formación de la fosa tectónica del Macar de sa Llosa. La acción de unos movimientos tectónicos de distensión provocaron la aparición de unas fallas normales en rocas del Cretácico y del Jurásico. Estas fallas condujeron a un hundimiento del terreno, que sería rellenado por guijarros transportados por violentos torrentes en momentos de fuertes tormentas al final del Paleógeno.

Estos guijarros procedían de la erosión de montañas constituidas por rocas próximas de edad Jurásica y Cretácica. Las montañas fueron erosionadas por torrentes muy enérgicos, de pendiente fuerte y poco recorrido, que posteriormente depositaron los guijarros en momentos de fuertes tormentas. Es decir, tal como sucede actualmente en zonas de alta montaña, las tormentas originaban grandes avenidas de aguas, pero también de sedimentos. Así, las áreas deprimidas se iban llenando de materiales transportados por torrentes de la misma composición que las rocas circundantes. El descubrimiento de unos fósiles de algas (carófitas) entre estas rocas permitió determinar que la sedimentación de estas rocas se produjo al final del Paleógeno (hace aproximadamente 23 millones de años), y eso hace que representen las únicas rocas conocidas en Menorca de este periodo geológico.


Vista general del Macar de sa Llosa. Mar adentro, la cala pasa a arenas blancas de composición carbonática.

El hecho de que dominen los guijarros angulosos sobre los redondeados indica que el transporte fue corto, sin que tuvieran tiempo de redondearse y convertirse en cantos rodados (conocidos como macs en Baleares). En cambio, los guijarros que han caído del peñasco han sido afectados por el desgaste ocasionado por las olas, que les han conferido formas redondeadas y por este motivo constituyen un macar. Si los guijarros de la playa fueran angulosos darían lugar a un pedregal (codolar en catalán).

Cada capa de conglomerados es el producto de la sedimentación de una sola avenida consecuencia de una fuerte tormenta. La línea discontinua indica la separación entre dos avenidas diferentes. Habitualmente los cantos están poco ordenados, ya que el transporte fue demasiado corto y no tuvieron tiempo de organizarse, aunque en algunas ocasiones, como en la imagen, se encuentran granoclasificados, es decir, los mayores se sitúan en la parte inferior y poco a poco se hacen pequeños hacia el techo.

Entre los conglomerados se identifican numerosas capas de arcillas rojas que podrían corresponder a sedimentos de desbordamiento de canal. Es decir, son las partículas más pequeñas (arcilla) que también transportaban estos torrentes y que únicamente se sedimentan cuando el agua estaba completamente parada después del desbordamiento del canal. En estas arcillas se identifican pequeños nódulos de caliche, en ocasiones formando una pequeña corteza, característica de los suelos de las zonas áridas y semiáridas, que constituye una o varias capas al horizonte cálcico de los suelos calcáreos. Estos nódulos indican un paro sedimentario suficientemente largo para que se llegara a formar un suelo. A veces las arcillas adoptan una coloración violácea, que se podría relacionar con la arcilla sedimentada en una pequeña cuenca lacustre esporádica (relacionada con lagos) que también indica momentos en que no se produce sedimentación. 


Ejemplo de arcillas producto del desbordamiento de los torrentes, detalle de los nódulos blancos de caliche (abajo a la izquierda) y comparación entre las arcillas propias de desbordamiento de color teja (en primer término) y las que podrían corresponder a cuencas lacustres de color vinoso (detrás y más abajo) (abajo a la derecha).

Por lo tanto, la sedimentación de los conglomerados y brechas es muy rápida, pero entre la formación de una capa y otra, puede transcurrir un periodo de tiempo bastante largo, de decenas, centenares e incluso miles de años en que no hay sedimentación y que permite que se puedan desarrollar suelos. No obstante, en conjunto, el llenado de estas depresiones suele ser corto, siempre hablando en términos de tiempo geológico. Una vez la fosa está rellenada y nivelada con los relieves circundantes, los torrentes ya no tienen capacidad para erosionar, transportar y, consecuentemente, sedimentar materiales.

La fosa tectónica se encuentra limitada al sur por acantilados de dolomías jurásicas que llegan hasta S’Arenal d’en Castell, que han sido muy erosionadas y forman una superficie prácticamente plana, y al norte por las calizas y margas del Cap des Redoble, sedimentadas durante el Cretácico inferior y que también constituyen buena parte del margen de levante de La Mola de Fornells. La existencia de los únicos afloramientos cretácicos próximos hace pensar que el área fuente de donde procedían estos sedimentos se situaba al noroeste del actual afloramiento. Probablemente la falla era activa y, por lo tanto, se desplazaba mientras se producía la sedimentación de los conglomerados y brechas.


Esquema geológico del Macar de sa Llosa con orientación sudeste (izquierda) – noroeste (derecha). Las calizas del Cretácico en el norte y las dolomías del Jurásico en el sur delimitan la fosa tectónica que se hundió y que fue posteriormente rellenada por conglomerados y brechas.

Los afloramientos del Cretácico inferior, muy reducidos en extensión en Menorca, están formados por calizas de grano muy fino donde puntualmente se ubican restos abundantes de pequeños fósiles de equinodermos, gasterópodos y lamelibranquios. Esta serie geológica también está formada por margas grises y en ocasiones amarillas, que en la parte superior de la serie pueden presentar fósiles de amonites frecuentemente limonitizados.


Rocas del Cretácico del Cap des Redoble y detalle de los fósiles que se pueden identificar en estas rocas.