MODELADO EÓLICO DE LAS ARENISCAS DE LA PENYA DE S´INDI

Los afloramientos geológicos de Menorca más vistosos o espectaculares para el público en general corresponden a las rocas rojas del Pérmico y Triásico, afectadas por procesos erosivos que han modelado formas curiosas. Estas rocas se localizan en una Menorca interior desconocida, en zonas de difícil acceso (sin camino definido) y habitualmente en áreas de propiedad privada. Por ello, los afloramientos de la Menorca roja son poco conocidos, con la excepción de algunos, ubicados en zonas litorales de gran afluencia, como las calas del Pilar o Pregonda o de la Penya de s’Indi.

La Penya de s’Indi corresponde a un monolito situado en la colina del Turó del Puig Mal (a 202 m), donde la erosión eólica ha modelado formas curiosas en areniscas masivas rojas del Triásico inferior (sedimentadas hace 251 millones de años). Desde la carretera Me-1, cerca de Es Mercadal, el monolito muestra el perfil de manera altiva, con nariz aguileña y un gran penacho, que recuerda a un gran jefe indio apache, un aspecto particular que implica que represente el elemento más popular del patrimonio geológico menorquín.


Vista de la Penya de s’Indi desde la carretera Me-1 donde se aprecia el perfil con nariz aguileña y un gran penacho, símbolos de un gran jefe indio apache.

El interés geológico de esta localidad se asocia especialmente a las formas de erosión de las areniscas rojas masivas, muchas veces con estratificaciones cruzadas bien conservadas, que indican que estas rocas serían sedimentadas por grandes ríos, y donde los planos de estratificación, muy espaciados, favorecen que la erosión limite monolitos aislados.

En cualquier caso, las formas más espectaculares, en esta y otras localidades de la Menorca roja, se asocian especialmente a formas alveolares de erosión en nido de abeja, algunas de las cuales caracterizadas por un tamaño sorprendente (llamadas tafoni, con alvéolos de más de 10 cm de altura y profundidad), como resultado de la erosión eólica de las areniscas.

El viento más importante de la isla, tanto por frecuencia como por velocidad, pero también por los efectos ambientales, económicos y sociales, es la tramontana que llega a soplar prácticamente tres cuartas partes del año con velocidades sostenidas de 90 km/h y con rachas de hasta 120 km/h, hecho que implica una salinización eólica por la gran carga de sales marinas que transporta el aire y que va precipitando mientras el viento atraviesa toda la isla. Es un efecto que tiene una incidencia importante en la vegetación, dado que provoca el abanderamiento de algunas especies hacia el sur y también sobre las areniscas, y favorece la aparición de estas bellas formas en unas rocas que a la vez han estado previamente debilitadas por la tectónica, la actividad orgánica, los cambios de temperatura o el diferente grado de cimentación de la roca.


En torno al monolito las areniscas presentan grandes formas de erosión en nido de abeja o tafoni, que resultan de la meteorización química, originada por el viento cargado de sal en las areniscas masivas rojas del Triásico inferior, que han sido previamente debilitados.