La noche del 19 de diciembre de 2008, en la vertiente oriental del Puig de s’Alcadena, tuvo lugar una avalancha de rocas que generó una lengua de unos 60.000 m2, visible desde gran parte de la isla de Mallorca.
Afortunadamente no hubo que lamentar pérdidas humanas ni daños en construcciones, aunque las casas de Son Cocó, la finca afectada por la avalancha, se libraron de ser arrasadas por poco.
La causa del fenómeno hay que buscarla en un periodo extraordinariamente lluvioso y frío que tuvo lugar entre noviembre del 2008 y enero del 2009.
Es precisamente la combinación de frío y lluvia, la que produjo un proceso de rotura de la roca conocido como gelifracción. Este proceso consiste en la apertura de las grietas de la roca al helarse el agua de su interior (aumenta su volumen).
Vista general del desprendimiento.
En el caso concreto de Son Cocó, la rotura de la roca se produjo siguiendo dos grandes fracturas verticales convergentes situadas en la parte alta del acantilado, de unos 150 metros de altura.
La avalancha rocosa generada arrasó el bosque situado en la ladera debajo de la zona de acantilado, y formó una lengua en la que se acumularon unos 300.000 m3 de rocas.
Detalle de la cabecera del desprendimiento.
Si ésta no tuvo dimensiones mayores (con las que se hubiesen destruido las casas de la zona) fue por la orografía del terreno, que evitó una mayor dispersión de los materiales, y por el propio bosque, que consiguió absorber parte de la energía y frenar el flujo de rocas.
Las rocas de mayor tamaño tienen dimensiones de varios metros de altura y miles de toneladas de peso aunque, debido a la dinámica del movimiento (como un fluido de gran energía), durante la avalancha se situaron en la parte más superficial de la masa en movimiento.
El desprendimiento de Son Cocó no es un caso aislado, ya que son numerosos los procesos de inestabilidad en los taludes rocosos de la Serra de Tramuntana, sobretodo en su vertiente norte, pero destaca por sus grandes dimensiones.
Bloque de grandes dimensiones existente en la parte final del desprendimiento.