De todas las cuevas que tiene el archipiélago de Cabrera, Sa Cova Blava es la más conocida, ya que es la única cuyo acceso está permitido a los turistas que visitan el parque, siendo una parada habitual de los ferris que transportan a los visitantes.
Su nombre es debido al color azul turquesa que adquieren las aguas de la cueva cuando la luz del sol incide en ella.
Se trata de una cueva litoral con una clara influencia estructural. Este tipo de cuevas se originan a partir de estructuras tectónicas (pliegues o fallas), que favorecen la erosión diferencial. Por este motivo sus paredes o techos corresponden a planos de estratificación o falla (presentan paredes lisas).
Plano en planta de Sa Cova Blava. (modificado de A. Martinez, 2015).
En el caso de Sa Cova Blava su estructura es compleja y aunque exteriormente se observa una única apertura, su interior nos desvela que nos encontramos ante dos galerías paralelas. Una de ellas, la izquierda, de escaso desarrollo y la otra, de algo más del centenar de metros de longitud.
La morfología de las dos galerías es similar, en forma de tienda de campaña, en la que la pared septentrional corresponde a un plano de falla desarrollado en calizas masivas y la pared meridional a planos de estratificación de unas margo-calizas amarillentas (ver esquema idealizado).
A) Panorámica general de la Cova Blava, con su entrada en forma de arco. B) Panorámica de su interior, mostrando sus dos galerías. C) Esquema idealizado de la estructura de la cueva, en la que se observan los diferentes elementos geológicos origen de la cavidad.
Mientras que las calizas masivas son aparentemente estériles en fósiles, las margo-calizas estratificadas contienen abundantes fósiles de ammonites, un tipo de moluscos extintos muy típico de los mares del Jurásico (201-145 Ma). Éstos pueden ser observados en el techo de la cueva, donde los estratos han quedado al desnudo.
A) Vista de la galería mayor de Sa Cova Blava, mostrando la intersección entre un plano de falla (a la izquierda) y los planos de estratificación de las margo-calizas (a la derecha). En el fondo un bloque caído del techo que ilustra su proceso de formación. B) Uno de los fósiles de ammonites visibles en el techo de la misma galería.
Al margen de las características de la propia cueva, la geología que ha dado pie a su formación es relevante y compleja a partes iguales.
Al contrario que la gran mayoría de fallas presentes en las rocas de Baleares, producto de la formación de las islas, las fallas que podemos observar en el lugar se formaron muchos millones de años antes, cuando el territorio formaba parte de un fondo marino.
Hace aproximadamente 200 Ma, el área que hoy en día es Baleares correspondía a un fondo marino poco profundo, en el que se formaron las calizas masivas antes comentadas, del Jurásico inferior. A finales de este intervalo, la actividad tectónica empezó a ser patente, hundiéndose notablemente el fondo en algunas zonas, que pasaron a ser mares profundos. Este proceso generó numerosas fallas y pendientes que cada vez eran más inestables. En algún momento del Jurásico medio (hace unos 165 Ma), una gran masa de calizas del Jurásico inferior colapsó generando una enorme avalancha que se depositó encima de los sedimentos de aguas profundas del propio Jurásico medio. A los materiales deslizados se les denomina olistolitos y son muy frecuentes en Cabrera.
Esquema idealizado de la evolución del fondo marino durante el Jurásico en la zona que hoy en día es Cabrera.
Durante el resto del Jurásico, capa a capa, los sedimentos acabaron por fosilizar los restos de aquella avalancha al mismo tiempo que nuevas fallas se formaban y fracturaban los materiales preexistentes. Finalmente muchos millones de años más tarde, hace 25 Ma, una nueva etapa de intensa actividad geológica conocida como Orogenia Alpina levantaría todos estos materiales, situándolos encima del mar.
La geología de Cova Blava y sus acantilados. Obsérvese cómo la entrada de la cueva corresponde con parte del depósito generado por una avalancha submarina del Jurásico (olistolito) que durante el mismo fue fractura por fallas y levantado por encima del nivel del mar por la Orogenia Alpina. Esquema modificado de Sabat & Santanach (1984).
Finalmente destacar que la superficie de falla que podemos observar en la cueva presenta numerosas estrías y marcas que nos ayudan a los geólogos a conocer la dirección y el sentido de movimiento de ésta. A la superficie pulida de la falla se la denomina espejo de falla.