Panorámica desde sa Penya Esbarrada, con sus características geológicas más importantes.
La panorámica que se puede ver desde sa Penya Esbarrada en dirección oeste contiene varios elementos muy interesantes de la geología ibicenca. Muestra dos materiales diferentes, uno de tonalidades rosadas y otro de coloraciones grises, separados por una fractura que se puede seguir prácticamente por todo el acantilado.
La unidad de coloraciones grises, situada en la zona de Ses Balandres, es la más antigua (Jurásico superior, 160 -145 Ma). La parte baja está constituida por calizas con estratos de tamaños entre los 10 y los 50 cm con una abundante fauna fósil. La parte alta de la unidad corresponde a una alternancia rítmica de calizas y margas con estratos de tamaños comprendidos entre los 20 y los 40 cm, sin fauna fósil.
Fijándose con detenimiento, se puede ver que los estratos no se encuentran en su posición original horizontal sino que están juntos formando un pliegue en el que los materiales más antiguos se sitúan en su núcleo.</p></div>">anticlinal laxo (un suave pliegue en forma de "A").
La sedimentación de la unidad jurásica se inició en un ambiente marino poco profundo y con aguas claras, poblado por multitud de organismos que fosilizaron; entre los que destacan los ammonites. Después el ambiente quedó restringido, con una aportación bastante continuada de sedimentos detríticos que provocó la turbidez del agua e impidió la colonización del fondo por parte de los organismos.
La unidad de coloraciones rosadas que aflora en la Punta des Castellar es la más moderna (Cretácico inferior, 125 -115 Ma). Está formada por dolomías y calizas estratificadas en capas gruesas o formando bancos.
Su origen también es marino, de plataforma poco profunda, con aguas claras y bien oxigenados. El fondo estaba poblado por abundantes organismos, destacando la presencia de rudistas (molusco acuático que tiene el cuerpo protegido lateralmente por una concha formada por dos piezas o valvas, generalmente simétricas en un plano bilateral<strong>.</strong></p></div>">bivalvo colonial).
El contacto entre ambas formaciones se hace mediante una gran falla normal. Los materiales del Cretácico, más duros que los del Jurásico, han resistido mejor la erosión del mar. Es por este motivo que Punta des Castellar tiene forma de peña y Ses Balandres forma de cala.
Dirigiendo la vista por encima de ses Balandres vemos el Puig d’en Joan Andreu. Éste está formado por los mismos materiales del Cretácico inferior de la Punta des Castellar, pero esta vez el contacto con el Jurásico se debe a un Falla inversa en la que el buzamiento del plano de falla es de bajo ángulo (generalmente menor de 45<sup> o</sup>). En general suele referirse a estructuras de gran escala (regional).</p><p><br></p></div>">cabalgamiento, que es el causante del relieve de esta montaña.
Geología de la zona de Punta des Castellar y Ses Balandres.
Todas estas grandes fracturas son producto de la Orogenia Alpina, que levantó los actuales relieves isleños.
Hacia el sur del Puig d’en Joan Andreu se puede observar una gran superficie deprimida: el Pla de Corona. Este valle tiene un origen kárstico relativamente reciente y corresponde a un polje.
Concretamente, su formación se debe a la disolución de las dolomías del Cretácico que predominan en el sector. Poco a poco, se desarrollaron cavidades que provocaron que cada vez fueran más inestables hasta que colapsaron. Este proceso, agravado y prolongado durante el tiempo, hizo que una gran superficie se hundiera. En paralelo, los sedimentos transportados por los cursos fluviales colmataron el valle y le dieron su apariencia actual.