Algunos de los espeleotemas de la Cueva de Can Marçà: estalactitas, estalagmitas y columnas.
La Cueva de Can Marçà fue descubierta por contrabandistas que aprovecharon las pequeñas salas y galerías que la cueva proporcionaba para esconder sus mercancías. La entrada original se encontraba a unos 10 m de altura sobre el nivel del mar y, debido a la poca altura de estas salas y galerías, los contrabandistas tenían que ir arrastrándose. Para poder orientarse hacían marcas en las paredes que todavía hoy son identificables.
Los propietarios del terreno empezaron las tareas de acondicionamiento<A[acondicionamiento|condicionamiento]> en 1978 y en 1980 la cueva quedó abierta al público.
La Cueva de Can Marçà se ha formado entre calizas fosilíferas del Cretácico inferior, estructuradas en capas gruesas con intercalaciones muy puntuales de margocalizas y margas. La sedimentación de esta unidad se produjo en una plataforma poco profunda, de aguas limpias<A[limpias|netas]> y oxigenadas con una activa producción y sedimentación de carbonatos, la mayoría procedentes de los exoesqueletos de los organismos que vivían allí. Se trataría de un ambiente sedimentario parecido al de un arrecife de corales actual.
Estos materiales quedaron en exposición aérea debido a las fuerzas tectónicas compresivas ocurridas durante la Orogenia Alpina, que provocaron el plegamiento de los sedimentos preexistentes y la aparición de varias fallas<A[fallas|fallos]>.
Aspecto general de la unidad de calizas del Cretácico. En negro se marcan algunos de los estratos bien definidos, en rojo las fallas y en lila se quiere remarcar el aspecto caótico hacia el sur.
El hecho de que estas calizas se encuentren deformadas y falladas ha favorecido los procesos de disolución kárstica. El agua superficial aprovechó las zonas de debilidad creadas por las fallas<A[fallas|fallos]> (figura 1) para ir disolviendo el carbonato cálcico de las calizas y creando cavidades que, poco a poco, se fueron conectando entre ellas (figura 2).
Al formarse las cavidades y quedar el techo sin apoyo<A[apoyo|soporte]> basal, se produjeron hundimientos que ampliaron las galerías o formaron nuevas salas (figura 3).
Unida a la disolución kárstica también se produce deposición de carbonato que da lugar a lo que se conoce como espeleotemas.
Cuando el agua de las fracturas, que se encuentra cargada de carbonato cálcico disuelto, se evapora este mineral precipita y queda acumulado formando varias estructuras.
Esquema representativo de los procesos que originaron la Cueva de Can Marçà.
Cuando el carbonato cálcico precipita formando agujas<A[agujas|alfileres]> que cuelgan del techo los espeleotemas reciben el nombre de estalactitas (1 en la figura); cuando las agujas<A[agujas|alfileres]> se encuentran en el suelo de la cavidad son estalagmitas (2). La unión de las estalactitas y las estalagmitas da lugar a columnas (3).
Las banderolas<A[banderolas|veletas]> (4) son otro tipo de espeleotemas que se pueden encontrar en la Cueva de Can Marçà. Se forman a causa de la precipitación vertical de carbonato cálcico encima de superficies inclinadas. A causa de irregularidades en la
roca el agua se va desviando cuando se desliza por encima de la superficie inclinada y deposita el mineral al lado de la anterior precipitación. A la larga se forman superficies onduladas.
Tipologías de espelotemes que se pueden encontrar en la Cueva de Can Marçà (explicadas al texto).
Cuando el agua cargada de carbonato cálcico queda acumulada, este mineral va precipitando por los bordes<A[bordes|orillas]> debido a que es donde el agua presenta menos profundidad y se puede evaporar más rápidamente. Se forman pequeñas paredes que rodean la balsa<A[balsa|alberca]> donde el agua había quedado acumulada dando lugar a lo que se conoce con el nombre de gours (5). Los gours acostumbran a encontrarse en grupo dando lugar a terrazas en las zonas de la cueva con una cierta pendiente.