ASPECTOS GEOLÓGICOS DE LA ZONA DE ES PENYAL DE S'ÀGUILA

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Recorrido recomendado.

Durante el Triásico superior (240-230 Ma aproximadamente) lo que hoy en día es Eivissa estaba formado por una zona de lagos salados que se extendía por gran parte de la actual Europa. Estos lagos se formaron debido a una retirada de los mares someros que habían predominado durante el Triásico medio (230- 210 Ma, aproximadamente). Se rellenaron las principales cuencas sedimentarias y se crearon de grandes planicies lagunares de condiciones áridas, que se evaporaban amenudo y favorecían la precipitación de sales. Los sedimentos correspondientes a este contexto geológico se denominan técnicamente facies Keuper.

De este tipo de ambiente, llamado Sebkha, existen ejemplos actuales como los existentes en el norte de África o en la Península Arábiga. El Sebkha, en origen, corresponde a un lago conectado con el mar que es progresivamente relleno de sedimentos. A medida que se desarrolla, los aportes de agua marina disminuyen debido a causas diversas, como pueda ser el surgimiento de una barra de dunas o un arrecife de corales, que lo aísla. Cuando esto sucede el agua se evapora y se crea una capa de sales, repitiéndose el proceso hasta que el lago queda totalmente desconectado y muere.

Al inicio del camino del Penyal de s'Àguila se puede ver un testimonio geológico de las facies Keuper antes mencionadas. Estas están compuestas por arcillas y yesos multicolores (normalmente rojos). Se presentan notablemente deformadas debido a su plasticidad.

Esta propiedad favoreció, muy posteriormente durante la Orogenia Alpina, la formación de planos de solapamiento (superficie sobre la que se desliza una masa de roca que se solapa con otra) a través de las facies Keuper.

De hecho, el afloramiento aquí comentado está asociado a uno de los más importantes solapamientos de la isla, que separa dos unidades tectónicas: Unidad de Albarca y Unidad de Llentrisca-Rey, a la que pertenecen los materiales descritos.


Corte de los materiales de las facies Keuper (izquierda) y detalle de los niveles de yeso multicolor (derecha).

A pesar de que las facies Keuper sean generalmente pobres en restos fósiles (aparentemente ausentes en la zona), sí tienen, por norma general, minerales remarcables. En este sentido, dentro de las capas de yeso aflorantes al camino hay incluidos numerosos cristales de cuarzo bipiramidales, normalmente de color rojo o anaranjado, y en ocasiones blanquecino.

Estos reciben popularmente el nombre de Dientes de Brujas, si bien son más conocidos por su nombre en la jerga de la mineralogía: Jacintos de Compostela. El nombre se debe a su verosimilitud con el jacinto, una variedad rojiza del circón muy apreciada en joyería. Los ejemplares suelen ser muy pequeños, de tamaño inferior al centímetro, si bien esporádicamente pueden ser mayores.


Acumulación de Jacintos de Compostela dentro del yeso (izquierda) y muestra de dos ejemplares representativos (derecha).