S’Albufera des Grau corresponde a la principal marisma de Menorca, es el centro del parque natural que lleva su nombre y el núcleo de la Reserva de Biosfera. Presenta un perímetro irregular y una morfología alargada y estrecha de 1,7 km de longitud y 900 m de anchura máxima. Su extensión es de 72 ha, con una profundidad con máximos de aproximadamente 3 m, pero con valores promedios de 1,4 m. En su parte occidental hay cuatro islotes: En Mel, el mayor de ellos y que acoge la única población de lagartija balear, Es Pardal, En Petit y Es Soldat. Con el paso de muchos años sus dimensiones originales se van reduciendo por la llegada de sedimentos que la van rellenando, perdiendo parte de su extensión y capacidad de almacenaje. En ocasiones, las áreas periféricas que rodean S’Albufera y que lentamente se han ido rellenando de sedimentos, fueron drenadas mediante pequeños canales con el fin de aprovechar las tierras para cultivar.
Esta laguna salobre mantiene la comunicación con el mar mediante un estrecho canal conocido como Sa Gola, de unos 500 m de longitud y unos 10 m de anchura. S’Albufera se encuentra al nivel del mar y separada parcialmente de este, por un sistema de dunas. Su aislamiento no es completo debido al canal de Sa Gola, pero en ocasiones en los meses de verano, junto con el resto de meses de los años más secos, la arena también cierra la desembocadura de la laguna en este punto y, por lo tanto, bloquea completamente el acceso a mar por Sa Gola. En cualquier caso, la llegada de agua dulce y salada, origina unas condiciones que proporcionan en gran parte sus elevados valores ecológicos.
Vistas sudeste y noroeste de S’Albufera des Grau.
La laguna ocupa un espacio deprimido sobre rocas del Paleozoico. La depresión donde se encuentra probablemente se formó por la acción erosiva de varios torrentes, en unos momentos en que el nivel del mar era más bajo que el actual, lo que favoreció el encaje de la red fluvial. Sin embargo, hay que considerar que el trazado de los torrentes no fue casual y que estos aprovecharon para su desarrollo un conjunto de fracturas orientadas de este a oeste del área. Probablemente la Albufera formaba un golfo o bahía junto con el espacio ocupado por la actual playa de Es Grau y, por lo tanto, se encontraba abierta al mar. La acumulación de arena constituyendo un cordón de dunas conduciría a su práctico completo aislamiento del mar y, en consecuencia, a su evolución como una marisma.
Cordón de dunas que delimita la laguna con el mar. En primer término, dunas móviles o embrionarias con barrón o carrizo (Ammophila arenaria), y detrás dunas cubiertas y estabilizadas por pinos y tarajes.
Uno de los principales rasgos característicos de S’Albufera es que está rodeada de colinas, lo bastante altas como para que parezca hundida o encajonada entre ellas, formándose así unas orillas recortadas como calas y puntas. De hecho, este paisaje lo podemos relacionar a cuando el espacio ocupado por la laguna se encontraba abierto al mar. Las alternancias de areniscas y lloselles, las rocas del Paleozoico predominantes en Menorca, originan una línea de costa constituida por pequeñas colinas con ondulaciones suaves y un litoral rocoso, muy irregular y accidentado, con muchos entrantes (las calas) y salientes (cabos o puntas).
Su cuenca es bastante grande, con 30,25 km2 de superficie, y está drenada por tres torrentes. El más importante es el de Es Puntarró, en el oeste, que confluye muy cerca de S’Albufera con el de Sa Boval, que procede del norte, y que desembocan, ya juntos, en el extremo occidental de la laguna. A diferencia de los anteriores, el torrente de Na Bona, en el sur, transcurre exclusivamente por los materiales del Paleozoico.
Así, hay que considerar que el área de influencia de S’Albufera no se limita a la propia laguna situada sobre las rocas impermeables del Paleozoico, sino que su cuenca incluye las rocas calizas permeables del Mesozoico que forman unos acuíferos con influencia sobre la laguna. El agua que circula por el torrente de Es Puntarró contribuye a la recarga de los acuíferos y a la vez el agua de estos puede surgir en forma de fuentes, y llegar a S’Albufera. Desgraciadamente, la elevada presión a la cual están sometidos los acuíferos ha provocado el descenso de sus niveles y consecuentemente la desaparición de numerosas fuentes, lo que implica que actualmente el agua que llega a S’Albufera sólo provenga de la lluvia: ya no hay prácticamente aportación del acuífero, conduciendo a un exceso de salinización o a grandes desecaciones con situaciones traumáticas para la fauna y la flora.
Relación entre los torrentes y los acuíferos. Los ríos pueden ganar agua a partir de las aportaciones de las aguas subterráneas, que a la vez pueden surgir en forma de fuente en sus márgenes o proximidades. Ahora bien, si el nivel del acuífero se encuentra más abajo, el río puede perder agua transfiriéndola a este. En este último caso, al encontrarse lejos de la cota topográfica, las aguas subterráneas no aflorarán mediante manantiales. El torrente de Es Puntarró es un buen ejemplo de este cambio entre la relación del torrente y el acuífero, provocado por un descenso antrópico de los niveles de este último, y que ha repercutido con la disminución de aportaciones de agua dulce a S’Albufera.
Este hecho ha provocado que sea imprescindible gestionar el intercambio de agua dulce y salada mediante el uso de compuertas que cierran la comunicación de S’Albufera con el mar y permiten regular, dentro de unos determinados límites, los rangos de salinidad y los niveles de agua.
Puente con las compuertas utilizadas para regular el flujo de agua entre la albufera y el mar. Tradicionalmente esta regulación tenía finalidades pesqueras, pero actualmente la gestión está enfocada a la conservación de la laguna.