¿Qué es rehabilitar energéticamente una vivienda?

Se trata de hacer las obras o modificaciones necesarias para mejorar la eficiencia energética y, como consecuencia, reducir el consumo energético (y por tanto las facturas) y las emisiones de C02 en edificios residenciales y viviendas unifamiliares.

 

¿Por qué es importante rehabilitar energéticamente una vivienda en la actualidad?

Porque en la actualidad confluyen diferentes problemáticas. Por una parte, nos encontramos en una situación económica complicada, en la que la economía de las familias se está viendo comprometida por el encarecimiento de la vida, sobre todo de las energías.

Por otro lado, existe una, cada vez mayor, concienciación, de la alerta climática del planeta, lo que nos obliga a tomar medidas para descarbonizar progresivamente nuestro modo de vida, apostando por energía verde o más eficiente.

Finalmente, porque en estos momentos, la Unión Europea ha puesto sobre la mesa muchísimo dinero, como terapia de choque para reactivar la economía después de la pandemia. Una parte importante de este dinero se ha destinado precisamente a la rehabilitación energética del parque de viviendas, que en España está bastante envejecido, con muy poco aislamiento y con instalaciones poco eficientes.

Realizar estas obras en este momento puede suponer un cambio sustancial en la cantidad invertida, gracias a las ayudas europeas.

 

¿Qué opciones de ayudas europeas tenemos para rehabilitar viviendas desde la eficiencia energética?

Existen varias líneas de ayudas europeas encaminadas a mejorar la eficiencia energética de las viviendas, gestionadas por las administraciones. Una de ellas se solicita a través de la Dirección General de Vivienda y Arquitectura y cuenta con cuatro opciones, dependiendo del tipo de vivienda y de las acciones que quieran llevarse a cabo.

Programa 1: Barrios. Esta se gestiona a través de los ayuntamientos. Los particulares no pueden acceder a ella de forma particular.

Programa 3: Edificios. Deben ser de uso residencial y necesitan la aprobación de la comunidad de propietarios. Es la que más dinero otorga al beneficiario, de hasta un 80% de la inversión si se mejora un 60% la eficiencia del edificio (con un máximo de 18.800€ por vivienda). Además, cuenta con un extra si hay retirada de amianto (máximo de 12.000€ por edificio). En este programa (como las comunidades pueden aprobar la solicitud de la ayuda y las obras posteriores sin saber si existen personas vulnerables en el edificio, se puede solicitar una ayuda extra por vulnerabilidad acreditada, que puede cubrir hasta el 100% de la inversión a realizar por estas personas. Además, como normalmente implica obras de rehabilitación bastante considerables, se ofrece la posibilidad de pedir un adelanto del 50% de la ayuda concedida, para que la comunidad pueda iniciar el trabajo.

Programa 4: Viviendas unifamiliares (independientemente de si forman parte de un edificio plurifamiliar o unifamiliar). Están pensadas para viviendas habituales y permanentes, es decir, se debe aportar un certificado de empadronamiento vigente en el momento de la solicitud. La cuantía es menor, con un máximo de subvención del 40% de la inversión o 3.000 euros. Se deben invertir al menos 1.000€. Son más sencillas de tramitar, ya que requieren de menos documentación.

Programa 5: Libro del Edificio existente o redacción del proyecto de rehabilitación. Es una ayuda pensada por una parte para que aquellos edificios que deben pasar la inspección técnica del edificio, puedan poner al día el libro del edificio y por otra para que puedan subvencionarse los honorarios de los profesionales, la redacción de proyectos, informes o certificados. Implica que los beneficiarios se comprometen a llevar a cabo las obras de rehabilitación del proyecto presentado. En el caso de solicitar otro programa (para edificios o viviendas) se descontará lo otorgado en el programa 5 de la ayuda concedida en el otro programa solicitado.

 

¿De cuánto tiempo dispongo para solicitar mi ayuda?

El plazo de solicitud de subvenciones se inició en septiembre de 2022 y finaliza el 31 de diciembre de 2024.

 

¿Son compatibles entre ellas estas diferentes líneas de ayuda?

Sí son compatibles entre ellas, aunque nunca podrán estar destinadas a financiar las mismas actuaciones. En el caso de solicitar un programa 5 (para proyectos) y otro programa (el de edificios o viviendas), la cantidad otorgada en el 5 se restará al total de la cantidad del otro programa solicitado.

 

¿Qué acciones son subvencionables?

Son subvencionables todas aquellas actuaciones que impliquen una reducción de, al menos, un 30% en el consumo de energía primaria no renovable o un 7% de la demanda energética anual global de calefacción y refrigeración en los edificios.

Estas reducciones se acreditarán mediante dos certificados de eficiencia energética, uno del estado inicial del edificio o vivienda (previo a las actuaciones) y otro final (con los cálculos de consumo una vez hecha la rehabilitación). 

 

¿Quién puede solicitar estas ayudas?

Estas ayudas están dirigidas a propietarios o usufructuarios de viviendas (sean personas físicas, jurídicas, administraciones o comunidades de propietarios) que deseen mejorar la eficiencia energética de edificios o viviendas uniamiliares.

 

¿Qué es un certificado energético y por qué es importante para solicitar estas ayudas?

Un certificado energético es un documento de varias páginas, realizado por un técnico competente, que detalla las características de la vivienda, desde el tipo de cerramiento hasta   los sistemas de climatización.

La calificación energética se expresa con un código de colores y alfabético (de la A a la G), siendo la A la categoría más eficiente y menos contaminante y la G la que menos. En estas categorías se tendrá en cuenta tanto el consumo de energía primaria NO renovable, como las emisiones contaminantes.

En función del estado de la vivienda, el técnico establecerá una categoría y hará unas recomendaciones concretas para mejorar la eficiencia de la vivienda.

Este certificado es importante a la hora de solicitar una ayuda, porque es el documento que va a acreditar realmente en qué porcentaje ha mejorado la eficiencia la vivienda o edificio en cuestión.

 

¿Cómo podemos tener una casa más eficiente?

Hay muchas maneras de conseguir que nuestra vivienda sea más eficiente. En función de las medidas que adoptemos, podremos clasificarlas en activas y pasivas.

Las medidas activas incluyen los aparatos o productos que ofrecen el mejor rendimiento con el mínimo consumo eficiente. Son:

· Electrodomésticos eficientes (no subvencionables).

· Sistemas de calefacción, climatización y generación de agua caliente eficientes.

· Iluminación led.

Las medidas pasivas son soluciones que permiten mejorar la envolvente térmica (todo aquello que separa el interior de la casa del exterior). Las más habituales son:

· Aislamientos (de paredes, techos y cubiertas).

· Toldos.

· Puertas y ventanas aislantes.

 

¿Cuáles son las actuaciones que más van a aumentar mi porcentaje de mejora?

Para mejorar la eficiencia energética de una vivienda se puede actuar desde dos frentes, por una parte mejorando la envolvente térmica (lo que sería la “piel” del edificio) y por otra con instalaciones más eficientes. A la hora de hacer una inversión de este tipo, hay que tener en cuenta muchos factores y hacerse algunas preguntas. Dos de ellas son ¿cuántos años voy a necesitar para recuperar la inversión? Y ¿qué esperanza de vida tiene mi inversión?

En este sentido, hay ciertas actuaciones más rentables a largo plazo. Para explicarlo de una manera sencilla, aquellas que permanezcan en nuestra vivienda con el paso de los años, serán más rentables que aquellas que queden obsoletas con el paso del tiempo.

De todos los tipos de aislamiento que podemos hacer (techos, suelos, paredes o ventanas) el que más incrementa nuestro porcentaje de mejora es el de las paredes. En este sentido cabe destacar que más de la mitad de las viviendas actualmente cuentan con un aislamiento deficiente. Una vivienda mal aislada requiere casi diez veces más energía que una con un buen aislamiento. Con el incremento del precio de las energías, un mal aislamiento nos puede salir muy caro.

El segundo frente de actuación son las instalaciones. Hay muchas instalaciones que pueden mejorar nuestra eficiencia energética, pero hay tres que incrementan considerablemente nuestro porcentaje:

· Aerotermia.

· Sistemas de calefacción de pellets.

· Placas fotovoltaicas.

 

¿Cuál es el sistema de aislamiento más eficaz?

Existen muchas maneras de aislar nuestra vivienda. En cuanto a las fachadas, podemos hacerlo desde el exterior y desde el interior. Normalmente, se recomienda aislar por el exterior, ya que con este sistema no se pierde espacio en el interior de la vivienda, se puede cubrir la fachada completa y las paredes quedan protegidas e impermeabilizadas; pero cuando no es posible esta opción, existen soluciones internas.

El sistema más eficiente es el SATE (Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior), compuesto por un conjunto de materiales aislantes, adhesivos y morteros. Es un sistema que tiene una vida larga y no solo mejora el aislamiento térmico y acústico, reduce el riesgo de condensaciones y humedades y mejora la calificación energética, sino que aumenta el valor de los inmuebles a los que se aplica.

Si lo que se necesita es aislar por el interior, también existen varias opciones. Se puede hacer un trasdosado con placas de yeso laminado o construir un nuevo muro de ladrillo. Entre capa y capa se instalan materiales aislantes y, si existe riesgo de condensación, se recomienda colocar una barrera de vapor.         

Elegir una u otra opción, dependerá de las necesidades que se tengan en cada caso concreto.

 

¿Es una buena idea cambiar las ventanas por unas más aislantes?

Sustituir antiguas ventanas, poco aislantes, por unas más modernas y eficientes, siempre es una buena idea. Las juntas estancas, el doble o triple acristalamiento o la rotura de puente térmico evitan tanto que se entre el frío o el calor del exterior, como que se escape la climatización del interior de las viviendas.      

Actualmente una de las mejores opciones es el PVC, ya que tiene una larga vida útil, son altamente reciclables y son fáciles de mantener. Las ventanas de aluminio tradicionales, para alcanzar los mismos niveles de aislamiento, deben disponer de rotura de puente térmico, lo que puede incrementar su precio.

Otro material altamente aislante es la madera, que además ofrece ese extra decorativo; ahora bien, requiere de un mantenimiento adecuado para no perder sus propiedades aislantes.

 

¿Existen otras acciones que me puedan ayudar a mejorar la envolvente de mi edificio o vivienda?

Existen muchas actuaciones que nos pueden ayudar a mejorar los niveles de eficiencia energética. Un buen acristalamiento, la instalación de persianas, puertas de entrada aislantes, burletes bajo las puertas, la instalación de toldos y cortinas térmicas son solo algunos ejemplos económicos de cómo mejorar el porcentaje de eficiencia de los hogares. El aislamiento de cubiertas y suelo completan el conjunto de medidas para evitar que las inclemencias climáticas afecten al interior de las viviendas y edificios.    

 

En cuanto a las instalaciones ¿cuáles son las que más mejoran nuestro certificado energético?

Aunque hay muchas cosas que podemos hacer para disminuir el consumo de energía primaria no renovable y de demanda de calefacción y refrigeración en las viviendas (como por ejemplo instalar dispositivos de monitorización y control de aparatos eléctricos, termostatos inteligentes o medidores de consumo) hay tres elementos que son clave para dar un giro a nuestro Certificado de Eficiencia Energética: la aerotermia, los sistemas de calefacción de pellets y la instalación de placas fotovoltaicas.  

La aerotermia permite cubrir todas las necesidades de climatización y de agua caliente sanitaria de una vivienda. Este sistema extrae hasta el 75% de la energía del aire exterior, por lo que necesita muy poca electricidad para generar frío, calor y agua caliente. Ahí es donde se produce el ahorro en las facturas.

Las estufas o calderas de pellet son los productos estrella en cuanto a la calefacción con biomasa. Existen multitud de opciones en este sentido, desde aquellas que solo calientan una estancia, hasta las que tienen la capacidad de calentar toda la casa e, incluso, generar agua caliente. El pellet, que está formado por residuos agrícolas y forestales, tiene un gran poder calorífico, por lo que, según el modelo, podemos obtener hasta 30 horas de autonomía con una carga completa.

La instalación de placas fotovoltaicas (placas solares) ha ganado gran popularidad en los últimos años. La ubicación de las Islas, con muchas horas de sol al día y pocos días nublados, ha hecho que cada vez más gente decida hacer la inversión y generar su propia electricidad. En aquellas instalaciones que no son independientes de la red eléctrica, se calcula que el ahorro medio de electricidad es del 67%. La instalación complementaria de acumuladores de calor o de baterías es una buena manera de aprovechar los excedentes de energía en las horas en las que no hace sol.

 

¿Se pueden presentar actuaciones anteriores a la entrada en vigor de la Orden 31/2022, que regula estas ayudas?

Sí, siempre que las actuaciones objeto de subvención se hayan iniciado con posterioridad al 1 de febrero de 2020 y se ajusten a los requisitos de la convocatoria.

 

¿Es difícil tramitar las ayudas para Rehabilitación Energética de Viviendas?

La tramitación en si no es complicada, pero hay que tener claro que, al ser unas ayudas procedentes de la Unión Europea, sujetas a múltiples controles para evitar el fraude, van a requerir al solicitante la aportación de numerosa documentación.

Por ello es importante que, desde un principio, el solicitante sepa qué documentos va a necesitar en las dos fases (solicitud y justificación) y quién debe firmarlos, para que pueda ir recopilándolos a medida que se vayan elaborando.

Para que sea más fácil este proceso, se han habilitado once Oficinas de Rehabilitación en las diferentes islas. En estas oficinas, concebidas como ventanilla única, los ciudadanos pueden obtener desde la información básica de cada uno de los programas, asesoramiento en el programa más conveniente en cada uno de los casos y, hasta un registro, para subir toda la documentación. El servicio técnico de la Dirección General de Vivienda y Arquitectura también se pone a disposición de los solicitantes, para orientarles en la subsanación de las posibles deficiencias que surjan en sus proyectos de rehabilitación.

 

¿Es necesario que sea el beneficiario de las ayudas quien las tramite?

No es necesario que sea el propio destinatario. También puede hacerlo un representante o agente gestor, mediante un acuerdo que le autorice como tal.

¿Se pueden pedir anticipos de la subvención?

Sí, en el caso del Programa 3 (para edificios), siempre que se cumplan los siguientes requisitos:

· La cantidad solicitada en el adelanto no podrá superar el 50% del importe total de la ayuda.

· El anticipo se destinará exclusivamente a cubrir gastos de la actuación objeto de subvención y se tendrá que justificar adecuadamente.

· El destinatario del adelanto deberá acreditar que se encuentra al corriente de pago de otros adelantos de subvenciones, si los hubiera.

 

¿Es necesario que la vivienda a rehabilitar sea residencia habitual?

Dependiendo de la línea de ayuda que se solicite. En el programa 3 y 5 no es necesario que se trate de vivienda habitual y permanente. En cambio, en el Programa 4, es un requisito fundamental. Esta condición se acreditará con un certificado de residencia vigente en el momento de la solicitud.

 

¿Cómo se justifican las actuaciones?

Se hará aportando la documentación establecida en la fase de justificación. Es importante que las facturas se hagan a nombre del destinatario de la ayuda y que los pagos se realicen desde una cuenta bancaria (nunca en metálico) que pertenezca a este mismo destinatario.