Cuidando al cuidador
El proceso de cuidar a una persona enferma empieza antes por aprender a cuidarse uno mismo. Si no nos cuidamos, difícilmente podremos cuidar a nadie.
Existirán momentos en el proceso muy duros y de mucho desgaste, pero también irán acompañados de una situación única y enriquecedora. Aunque es una situación muy difícil, hay que intentar alternar tener momentos de tristeza con momentos de “risa” que ayudarán a afrontar los obstáculos de la enfermedad con mayor lucidez y energía.
Pedir ayuda a los demás (familia, amigos,…) le servirá al cuidador para afrontar la situación de forma más llevadera evitando una sobrecarga. Le permitirá no sufrir un desgaste prolongado que pueda afectar tanto a la calidad de la labor del cuidador como a la calidad de vida del paciente.
Cuidar se cuida equivocándose. Es importante reforzar que los errores son algo natural, que pueden ocurrir y que han de servir como fuente de aprendizaje, por lo que evitaremos que el cuidador tenga sentimientos de culpa y fomentaremos que se sienta orgulloso de la labor que desempeña reforzándole positivamente.
Aunque sea difícil aceptar la enfermedad y conocer, en la mayor medida posible como puede evolucionar, ayudará a llevar el proceso de una manera más favorable.
Es importante animar al cuidador a expresar sus sentimientos. Es algo totalmente natural y además le servirá para afrontar la situación satisfactoriamente.
Es básico una buena organización que le servirá para:
- Prestar unos cuidados excelentes.
- Dedicarse a sí mismo y saber desconectar de la rutina diaria
- Conocer los recursos disponibles (sociales, psicológicos y sanitarios)
- Saber apoyarse en otros familiares y/o amistades.
Fuente: Cuidados integrales al paciente paliativo. Basado en el manual de cuidados paliativos en atención primaria. Estrategia Balear de Cuidados Paliativos. Mayo 2012