Reutilización

Antes de hablar de la reutilización de las aguas, hay que diferenciar entre aguas depuradas y aguas regeneradas. Se denominan aguas depuradas las aguas residuales que han sido sometidas a tratamientos para poder ser retornadas al medio ambiente. En cambio, las aguas regeneradas, además, han sido sometidas a procesos adicionales o complementarios para adecuar su calidad al nuevo uso al cual se destinaran. Hablar de aguas regeneradas es, por lo tanto, equivalente a hablar de reutilización.

El agua depurada que se reutiliza en las Islas Baleares se destina al riego de veintidós campos de golf en Mallorca (7,93 hm³/año), uno en Menorca (0,22 hm³/año) y uno en Ibiza (0,58 hm³/año). También se reutiliza para el riego de parques y jardines, así como el lavado de calles de la ciudad de Palma y otros municipios de las Islas Baleares. Sin embargo, el riego agrícola es el principal uso de esta agua.

Actualmente, según los datos de las cuales dispone la Dirección General de Recursos Hídricos, se reutiliza parcialmente el agua residual regenerada de treinta y tres EDAR en Mallorca, cinco en Menorca y una en Ibiza. Además, algunas de las EDAR particulares (especialmente de hoteles y agroturismos) utilizan parte de los volúmenes de agua residual para el riego de los propios jardines.

Volumen de agua reutilizada en las Islas Baleares de acuerdo con las concesiones otorgadas

Uno de los factores importantes tanto para el funcionamiento de la depuradora como para posibilitar la reutilización es la salinidad del agua residual urbana, que tiene efectos a lo largo de todo el ciclo del agua. La salinidad afecta los microorganismos que depuran las aguas residuales y puede disminuir el rendimiento del proceso. Además, una salinidad elevada puede comprometer la reutilización del agua de una forma sostenible, puesto que para eliminar la sal se tiene que recurrir a técnicas de ósmosis que implican un aumento de consumo energético, emisiones de gases de efecto invernadero y el encarecimiento del agua regenerada.

Aguas regeneradas utilizadas para riego agrícola

En las Islas Baleares, la agricultura de regadío se localiza sobre todo a zonas con fácil captación de aguas subterráneas. El crecimiento de la demanda de agua, tanto para el riego como para usos urbanos, en el pasado provocó un aumento de las extracciones de agua de pozo, que en algunos casos eran superiores a la infiltración del agua de lluvia, hecho que se conoce con el nombre de sobreexplotación. En los acuíferos costeros, la bajada del nivel del agua causada por la sobreexplotación permite que entre agua marina, cosa que provoca la salinización. Este fenómeno ya se ha dado en algunos acuíferos de las Islas Baleares como, por ejemplo, en el Pla de Sant Jordi y en Campos, en Mallorca; en Ciutadella, en Menorca, y en Sant Antoni de Portmany y en Ibiza ciudad, en la isla de Ibiza.

Desde las administraciones autonómica y estatal, en los últimos años se ha puesto en marcha el Plan de regadíos con aguas regeneradas, con el cual se han implantado zonas nuevas en regadío o se ha sustituido en algunos sectores el agua de pozos por las aguas regeneradas.

La reutilización de las aguas residuales para el riego agrícola permite disminuir la extracción de agua subterránea, puesto que representa una nueva fuente de agua, disponible en cantidades abundantes. Además, comporta ventajas interesantes en el ámbito agrícola, porque se pueden aprovechar las propiedades fertilizantes, gracias a los nutrientes que contiene, y disminuir, de este modo, los costes en fertilizantes sintéticos. La tercera ventaja está relacionada con el tratamiento, puesto que en algunos casos se puede prescindir del tratamiento terciario necesario para verter estas aguas a zonas sensibles.

Actualmente el sector agrícola de las Islas Baleares consume un total de 17,56 hm³/año de agua regenerada para regar los cultivos. Esto representa más de un 33% del total de agua que se utiliza para riego. El resto procede de aguas subterráneas.

Les experiències de reg amb aigües regenerades a diferents indrets de l’illa de Mallorca (pla de Sant Jordi, Inca i Sóllar) posen de manifest que l’ús d’aquestes aigües no compromet la fertilitat de les terres, la producció o la qualitat ambiental.

El factor més negativo que las aigüse regeneradas comportan para los cultivos solo ser la salinidad que se asocia. Este paràmetre és difícil de corregir, el que comporta de manera inevitable que se aporten sales al sonidòl con el riego. En invierno, pero, cuando se prescinde del riego, la salinidad del sonidòl disminuye considerablemente gràcies a la lavada que producen las lluvias. Estas sales percolen y pueden llegar a afectar la calidad de las aguas subterráneas a medio y largo plazo.

Podéis encontrar más información del volumen total de agua regenerada reutilizada por islas o sistemas de explotación al anexo 3 de la Memoria del Plan Hidrológico.