Gestión de riesgos

PLAN DE GESTIÓN DEL RIESGO DE INUNDACIÓN

Las inundaciones constituyen el riesgo natural que más daños (materiales y humanos) a largo plazo ha causado en nuestro país. En este contexto, una de las actuaciones que contempla la gestión y control del DPH es la gestión del riesgo de inundación.

La Directiva Marco del agua (DMA) del año 2000 y, específicamente, la directiva de inundaciones del año 2007, concretan un nuevo enfoque de la problemática, obligando en los estados miembros de la UE a asumir una política hidráulica mucho más preventiva y a incluir el urbanismo, el medio ambiente y la protección civil en la gestión de los riesgos de inundación. En este sentido, la Administración hidráulica es la encargada de redactar los planes de gestión del riesgo de inundación, así como tomar medidas de prevención y protección en coordinación con las autoridades competentes en materia de protección civil.

La transposición de la directiva de inundaciones se hizo a través del Real Decreto 903/2010, de 9 de julio, de evaluación y gestión de riesgos de inundación (RDI), según el cual se establece la obligación de disponer de un Plan de Gestión del Riesgo de Inundaciones (PGRI). Este plan es el instrumento que define las medidas sobre la evaluación y gestión del riesgo de inundación elaboradas por los varios entes competentes y que tienen como objetivo principal conseguir que no se incremente el riesgo de inundación existente actualmente, en cumplimiento de lo establecido en el RDI y teniendo en cuenta el estado y los objetivos ambientales de las masas de agua.

El PGRI no es un plan de gestión de una emergencia por inundación, este es la INUNBAL, del que podéis encontrar más información en este link.

Podéis consultar la documentación relativa al Plan de Gestión de Riesgo de Inundaciones vigente en este enlace.

Proceso de planificación del riesgo de inundación

La normativa relativa a la evaluación y la gestión del riesgo de inundaciones define un ciclo cumplido de gestión del riesgo que se actualiza de forma cíclica cada 6 años. Cada ciclo de planificación está formado por tres fases para garantizar una correcta gestión del riesgo de inundaciones:

  • Fase I: Evaluación Preliminar del Riesgo de Inundación (EPRI)

De acuerdo con lo que establece el artículo 7 del RDI, la primera fase de planificación tiene por objeto determinar aquellas zonas del territorio donde existe un riesgo potencial de inundación significativo, o bien donde la materialización de este riesgo se puede considerar probable. A estas zonas se las califica como Áreas con Riesgo Potencial Significativo de Inundación (de ahora en adelante ARPSI) y se clasifican por tipología según puedan asociarse a inundaciones ocasionadas por el desbordamiento de cauces públicos (fluvial), a inundaciones ocasionadas por efectos de la marea y/u oleaje (costera) y las asociadas al desbordamiento de corriente de agua contiuas o discontinuas que no constituyan un cauce público (pluvial).

La Evaluación Preliminar del Riesgo de Inundación, aprobada el 28 de febrero de 2014, se encuentra actualmente en revisión e identifica un total de 43 Áreas de Riesgo Potencial Significativo de Inundación (ARPSIs): 11 pluviales con una longitud de 31,06 km, y 32 costas con una longitud total de 60,69 km.

  • Fase II: Mapas de Peligro y Riesgo de Inundación (MAPRI)

De acuerdo con lo que establecen los artículos 8 y 9 del RDI, la segunda fase de planificación tiene como objetivo representar gráficamente las zonas con diferentes niveles de probabilidad de inundación asociados a las ARPSI identificadas en la EPRI, así como el tipo de afección potencial de las inundaciones sobre las personas, el medio ambiente, el patrimonio cultural, la actividad económica y las infraestructuras.

Los Mapas de Peligrosidad de Inundación permiten caracterizar el grado de inundabilidad mediante la delimitación gráfica de las zonas inundables y la distribución de las calados máximos alcanzados, siendo posible tener en cuenta información adicional relevante, como por ejemplo los caudales y/o las velocidades máximas logradas por la corriente.

Los Mapas de Riesgo de Inundación, por otro lado, permiten caracterizar los daños potenciales que pueden causar las inundaciones mediante la representación gráfica de la vulnerabilidad de las zonas inundables, teniendo en cuenta el número de habitantes y el tipo de actividades económicas que pueden verse afectados, entre otros parámetros.

Los mapas se realizan para los siguientes escenarios:

  • Alta probabilidad de inundación (asociada a un período de retorno igual a 10 años: probabilidad de ocurrencia en un año cualquiera del 10%).
  • Probabilidad media de inundación (asociada a un período de retorno igual a 100 años: probabilidad de ocurrencia en un año cualquiera del 1%).
  • Baja probabilidad de inundación o escenario de acontecimientos extremos (asociada a un período de retorno igual a 500 años: probabilidad de ocurrencia en un año cualquiera del 0,2%).

Los mapas de peligrosidad se publican en el Sistema nacional de cartografía de zonas inundables. Se pueden encontrar en este enlace.

El objetivo del Plan de Gestión del Riesgo de Inundación es conseguir que no se incremente el riesgo de inundación actualmente existente para aquellas zonas determinadas en la evaluación preliminar del riesgo, y que, dentro de lo posible, se reduzca a través de los diferentes programas de actuación. Estos tendrán que contemplar todos los aspectos de la gestión del riesgo de inundación: prevención, protección, preparación, previsión de inundaciones y los sistemas de alerta temprana, teniendo en cuenta las características de la cuenca hidrográfica y considerando los posibles efectos del cambio climático.

PLAN ESPECIAL DE ACTUACIÓN EN SITUACIONES DE SEQUÍA (PESIB)

En las Islas Baleares, igual que otras regiones mediterráneas de características climáticas parecidas, la sequía, cuando se produce, constituye un serio problema con repercusiones graves en el suministro de agua, tanto en cantidad como en calidad. Por eso es fundamental disponer, primero, de indicadores que nos avisen de su posibilidad con la necesaria antelación y, segundo, de medidas para mitigar sus efectos.

El 15 de diciembre de 2017 se aprobó el Plan Especial de Actuaciones en Situaciones de Alerta y Eventual Sequía en las Islas Baleares.

El objetivo del Plan es garantizar el suministro de agua de calidad a la población y evitar los efectos negativos sobre el medio ambiente y la actividad económica ante una posible sequía. Con cuyo objeto, se establecen medidas operativas, de planificación y prevención, estratégicas y mitigadores para los diferentes escenarios, y se detallan las actuaciones que se tienen que llevar a cabo y los organismos que las tienen que ejecutar. Para hacer un seguimiento más esmerado del estado de los recursos de la comunidad autónoma, se establecen las unidades de demanda de acuerdo con criterios hidrogeològics y de gestión. Se establecen siete unidades en Mallorca (una más que hasta ahora) y una para cada una del resto de islas. Los indicadores de sequía los determinan los niveles de los acuíferos y se tienen que calcular mensualmente.

En este enlace encontraréis los gráficos de seguimiento mensual del índice de sequía hidrológica de cada una de las unidades de demanda de las Islas Baleares y de los indicadores auxiliares, así como la representación cartográfica del escenario de sequía en el que se encuentra cada Unidad de Demanda.

Encontraréis más información en este enlace.